Banner Tuvivienda
Sábado 27 de abril 2024   |   Contáctenos
REDES SOCIALES
Viernes 20 de abril 2012

¿Cuál es tu camino?

Por: Luciana Campora.
¿Cuál es tu camino?
Foto: www.fondosdepantalla.biz

Hubo una época en mi vida, en la que me presionaba muchísimo por “hallar mi camino”. Sentía que estaba “perdiendo el tiempo”, dejando de ocupar el lugar que de seguro estaría reservado para mí. Era una sensación interna y profunda de haber venido “para algo”, de estar faltando a mi “destino”.  No tenía visión ni claridad de cuál podría ser ese destino, y el apremio me carcomía minuto a minuto, el alma y la autoestima.

Pasaba mis días en una espera desesperada porque “mi camino” se revelara, sin darme cuenta de que no había una pauta preestablecida, de que mi “camino” se construía a partir de mis elecciones y acciones cotidianas, de que no había más destino con el que tuviera que cumplir, del que yo eligiera para mí misma.

Pero un día, en medio de ese remolino de aturdimiento y de presión interna, me hice una pregunta:

-“¿Cómo puedo saber cuál es mi camino?”

-“SE QUIEN QUIERAS SER”- Me pareció escuchar.

La “voz” resonaba dentro de mi cabeza y se parecía mucho a la mía, pero más calma, sabia y pacífica. Siempre había creído que cada uno era como era, y nada podía hacerse al respecto más que aprender a vivir con ello. Y al parecer, también creía que debía haber ciertas “reglas” con las que tenía que cumplir, y que faltar a ellas significaría un error tremendo, la pérdida de una oportunidad o algo peor. Pero la frase que acababa de oír me impactaba de modo inesperado, poniéndome la carne de gallina: “¿Realmente podía ser como QUERÍA? ¿TENÍA ESA LIBERTAD?

Las preguntas se sucedían solas dentro de mi mente:

- ¿Cómo? ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Hacia dónde tengo que ir?

- “En el mundo hay un lugar para cada uno”- Continuó la respuesta – “Estás en el tuyo, puedes estar donde quieras

Esta sola noción obró un cambio rotundo en mi sistema de creencias: ¡Era Libre! ¡No estaba haciendo nada “mal”! ¡No estaba faltando a nada ni a nadie! ¡Ya estaba ocupando MI LUGAR! ¡Y podía estar donde quisiera!

… No tenía que cumplir con nadie, no había una “norma” bajo la cual vivir. Podía simplemente “SER”, y disfrutarlo! Esta era MI VIDA y podía darle la forma que quisiera. No existían límites para esa forma. Para cambiar mi vida, obviamente debía comenzar por transformarme a mí misma… y eso estaba bien. ¡PODÍA CAMBIAR! ¡Podía elegir QUIEN QUERÍA SER!

Así comencé a transitar “mi camino” (el mismo por el que venía andando) pero de forma más Consciente. Así se inició mi Gran Salto, cuando comencé a preguntarme “¿Cómo?” en lugar de “¿Por qué?”

Había cosas que no podrían ser transformadas: no podía cambiar el pasado, o recuperar el tiempo “perdido”… pero podía construir mi futuro, podía construirme a mí en base a la persona que “quería” ser… ¡PODÍA ELEGIR!

Mi siguiente problema fue definir qué era lo que quería. Me costaba verlo con claridad, pero decidí darme un permiso que no acostumbraba, comencé a permitirme el lujo de soñar.

¿Quién me gustaría ser si no fuera “yo” así como me conozco? ¿Si tuviese una personalidad ideal,  un propósito importante… quién sería?... Y dejé volar mi imaginación.

Las ideas que me surgían parecían distantes e imposibles por aquel entonces. Veía a una persona totalmente diferente a los condicionamientos con los que había crecido respecto a “quién debía ser”.

No creía en ese tiempo que mis sueños fueran a cumplirse, pero de sólo permitirme esclarecerlos, algo había cambiado adentro mío: había vislumbrado lo que deseaba, había PROYECTADO UN OBJETIVO, Y TODO MI SER SE MOVIÓ HACIA ESO INEXORABLEMENTE,  casi sin que hiciera nada más que desearlo con el alma. O bueno, sí, algunas cosas hice… se que tuve impulsos, y con dudas y todo,  los seguí.

Aprendí grandes lecciones a través de la confusión: Aprendí que NUNCA VAMOS HACIA LO QUE DESEAMOS, A NO SER QUE NOS FIJEMOS UN RUMBO. Que cuando creemos que “no estamos eligiendo un rumbo”, lo que hacemos es simplemente, dejar que otros (nuestros padres, amigos, compañeros, los conceptos estipulados de la sociedad o nuestro inconsciente) nos lleven hacia dónde ellos quieren.

Aprendí que NO SOMOS FELICES A NO SER QUE NOS DIRIJAMOS HACIA AQUELLO QUE NOS CAUSA FELICIDAD, y eso no pueden elegirlo los demás. Sólo nosotros conocemos aquello que nos da felicidad.

Aprendí que nunca somos inevitablemente “lo que somos”, sino que somos el producto de lo que HACEMOS de nosotros, y que la base para crear la vida que deseamos es hallar la suficiente confianza en nosotros mismos para CREER en nuestros ideales y nuestros sueños más “locos”.

Aprendí que la vida es un experimento: El sitio en el cual puedes jugar a construirte a ti mismo.

Y a ti… ¿Quién te gustaría ser en tu visión ideal? ¿QUÉ ELIGES PARA TU DESTINO?

Recuerda, que “destino” es, como la palabra lo dice: EL LUGAR HACIA EL QUE TE DIRIGES.

No es algo establecido, no habla de lo que te ocurrirá inevitablemente, no presupone que debas conformarte con lo que ya tienes. Tu “Destino” es un punto que cambia ni bien cambias la dirección de tus elecciones. Cuando no eliges será “el lugar al que te diriges” por defecto. Cuando comienzas a establecer tu curso conscientemente, lo transformas en el lugar en que realmente deseas estar.

Eres Libre. ¡Más libre de lo que crees! TU “DESTINO” NO ES UN CAMINO PREFIJADO… ES EL LUGAR AL QUE QUIERES LLEGAR.

Luciana Cámpora, escritora

www.lucianacampora.com

Libros y Escritos para el Desarrollo Personal y Espiritual

Participa:
Valorar
Cargando...
COMENTARIOS
1 comentarios
Espléndida respuesta encontré en tus palabras, GRACIAS!
21 de abril 2012
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan