Banner Tuvivienda
Lunes 29 de abril 2024   |   Contáctenos
REDES SOCIALES
Sábado 21 de abril 2012

La abdicación o la renuncia en la monarquía española

Por: Francisco Chirinos Soto.
La abdicación o la renuncia en la monarquía española
Foto: Medios

La abdicación o la renuncia pueden ser fórmulas que saquen de apuros a la inestable monarquía española. Abdicó la disoluta Isabel II, verdad que después de destronada, y cedió sus derechos a su primogénito el que, años después, sería el Rey Alfonso XII. Renunció al trono el monarca italiano Amadeo I, que los españoles importaron de la Casa de Saboya para sustituir, precisamente a Isabel II. El hijo de Víctor Manuel II de Italia tuvo la prudencia y el tino de renunciar en vista de la fractura que se produjo en el sector político que le servía de apoyo. Ya en el Siglo XX, el rey Alfonso XIII –auspiciador, cómplice y títere de la dictadura fascista de Primo de Rivera– hubo de apartarse del trono, abrumado por la victoria de los republicanos en las elecciones municipales de 1931 y, posteriormente, ya en el exilio, abdicó sus derechos a favor de su tercer hijo, don Juan de Borbón y Battenberg.

Muy a su pesar, don Juan hubo de realizar su propia renuncia, sin haber llegado al trono, porque se le adelantó, en actitud de escasísima lealtad filial, el actual rey Juan Carlos I. Don Juan pretendía la corona y creyó, con alguna ingenuidad, que Francisco Franco Bahamonde había hecho la guerra para hacerlo rey, cuando el discípulo de Mussolini no hizo otra cosa que convertirse en monarca absoluto sin corona a lo largo de cuatro décadas. Y fue Franco quien, por sí y ante sí, decidió que fuera Juan Carlos y no don Juan quien habría de sucederlo. Y Juan Carlos se sometió mansamente al tirano para llegar a convertirse en uno de los reyes españoles con mayor duración aposentado en el trono de Isabel la Católica.

Personalmente, no creo en las monarquías, menos por cierto en la española. De haber nacido español, hubiera sido fervoroso partidario de Castelar y Salmerón en el Siglo XIX y de don Manuel Azaña, el ilustre Presidente de la Segunda República, en el Siglo XX. Creo que la única fuente legítima del poder es la decisión del pueblo y no una herencia dinástica que pretende remontar su origen y su legitimidad a la voluntad de Dios. Creo, pues, a la inversa, que la Voluntad del Pueblo es la Voluntad de Dios. Admito que hay monarquías, como la británica, y acaso también como las de los países escandinavos, que cuentan con una sólida aprobación popular y que se conducen precisamente con arreglo a ese respaldo, manteniendo un régimen constitucional y democrático. Pero abomino de las monarquías absolutas como las de algunos países árabes.

Don Juan Carlos de Borbón y Borbón Dos Sicilias, que lleva en su sangre la presencia borbónica a través de todas las vertientes, ha cometido un error imperdonable, que él mismo ha reconocido aunque al haber pedido perdón a su pueblo cree que tal error es susceptible de perdón. Y como en política los errores se pagan, don Juan Carlos debe disponerse a pagar su propio error. Y acaso la iniciativa para enmendar el desaguisado pueda partir de él mismo.

Bien podría –para demostrar aquello de que los hechos históricos se repiten– recorrer su propio camino, pero al revés. Así como él, don Juan Carlos, se confabuló con Franco para privar a su padre, don Juan, del derecho dinástico, así puede el propio don Juan Carlos decidir poner término a su reinado y trasladarlo a su hijo, don Felipe de Asturias. E irse a su casa a regar el jardín o escribir sus memorias, porque a estas alturas del partido no parece tener mayores fuerzas para otros menesteres. Marcharse de la mano con la admirable esposa, doña Sofía de Grecia, que ha sabido soportar con dignidad y estoicismo las constantes travesuras de su regio consorte.

Lo debe hacer por España y, sobre todo, por la subsistencia de la dinastía borbónica. No sea que los españoles resuelvan pronunciarse de alguna manera como en 1931 y den lugar a que la familia real completa, incluyendo al heredero y a su bella y popular esposa, doña Letizia, tenga que irse a vivir a Italia o Suiza.

Publicado el 21 de abril de 2012 en el diario La Razón.

Participa:
Valorar
Cargando...
COMENTARIOS
0 comentarios
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan