Jueves 18 de abril 2024 | Contáctenos
La Academia Peruana de Ciencias Morales y Políticas, correspondiente a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España, se vistió de gala el jueves 19, en el salón que fuera Capilla Virgen de Loreto de la Casona de San Marcos, bajo la presidencia de Vicente Ugarte del Pino. Fue uno de esos escasos momentos de ocio intelectual que tiene Lima, más productivos que cualquier directorio empresarial, que bien vale la pena trasladar a la opinión pública.
Marcelino Ojeda, presidente de la Academia española, especialmente invitado, reflexionó sobre la necesidad de que sea la cultura creativa quien aporte ideas motivadoras, para superar la crisis de la civilización actual, para lo cual sería interesante incrementar los vínculos de las distintas academias nacionales. Esa apuesta por si sola más que justifica el encuentro.
El discurso de orden correspondió a José Matos Mar, quien reafirmó su tesis de que el Estado peruano está desbordado por una sociedad emergente y creativa. Señaló la década de los cuarenta como el tiempo del quiebre de la sociedad tradicional, para abrir paso a la sociedad provinciana. Alfredo Barnechea respondió al discurso anterior, conforme al protocolo, interpretando magistralmente el itinerario cultural que nos lleva en su visión, positiva y erudita, al actual proceso de conformación de la identidad cultural.
Fueron incorporados a la Academia el cardenal Juan Luis Cipriani, José Matos, Alfredo Barnechea, Ilse Wisotzki y Felipe Ortiz de Zevallos. Ya lo eran, Vicente Ugarte del Pino, Javier Pérez de Cuéllar y Fernán Altuve, entre otros.
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