Antes de escribir sobre el dizque rey de España, hay que tener muy en cuenta que con inmunidad penal ante cualquier delito y sobreprotegido como una delicada planta de invernadero, se han publicado muy pocas cosas con un mínimo de objetividad sobre el monarca y sobre sus actuaciones políticas. En el artículo 490.3 del Código Penal - español se puede leer: "el que calumniare o injuriare al Rey (...), será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son". Una lástima que ahora el pueblo español y la opinión pública internacional, se zurre en esta ley especial para proteger al “Muppet” rey de España y hablen y escriban lo que quieran.
El planeta entero, está distraído con los dizque desatinos y vida licenciosa del rey Juan Carlos de España; más aún, lo ve como un cazador absurdo de elefantes y de mujeres, su afición a estas dos cacerías incluso, son un poco atractivas para el mundo machista y de esta manera se distrae a España y a la opinión pública internacional del tema central, se distrae su verdadero delito y ese es el ser el “rey de reyes de la coima”, como lo califica el Rey de Saudi Arabia; y bueno, todos hemos caído en este cuento de cacerías, cuando la verdadera cacería estuvo siempre en el billete mal habido.
A pesar del silencio mediático, la figura del rey dista mucho de ser incuestionable: desde su falta de legitimidad democrática a la construcción de su importante fortuna personal, pasando por una nunca bien aclarada actuación en el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, que fue un intento fallido de golpe de Estado apoyado por él y perpetrado fundamentalmente por algunos mandos militares, el rey nunca ha tenido que rendir cuentas de sus acciones. La intermediación del rey en los intereses de las multinacionales españolas, especialmente de Telefónica y Repsol, de quienes parece su gerente de relaciones públicas, han marcado su labor comomáximo representante del Estado en el exterior. Numerosos medios latinoamericanos no han dejado de denunciar sus actuaciones en beneficio del Santander Central Hispano o de Repsol en Argentina, ante la ofensiva
española por hacerse con YPF y del actuar de Telefónica en el Perú.
Al mismo tiempo que la popularidad de la monarquía, actualmente, desciende en los sondeos, un nuevo movimiento republicano emerge con fuerza al cumplirse los 75 años de la proclamación de la II República. Las tramas financieras del monarca y el rico prosperar de su familia y de toda una subcorte que utiliza la imagen real para optimizar sus inversiones, señala a uno de los asuntos más oscuros de la Casa Real.
Se suele decir que la corte española es "una corte sin cortesanos", y es cierto que los monarcas no han sido amigos de aliarse con la aristocracia. En su lugar han preferido empresarios, banqueros y élites del poder económico y jet set del billete en general.
Juan Carlos I llegó al trono literalmente con lo puesto. Se dice por cronistas del momento que incluso tenía que pedir el dinero a su padre, para visitar a su novia en Atenas. Los españoles creen falsamente que el rey ha hecho una gran labor a favor de España. Repetimos, no se ha demostrado que estuviese fuera del golpe de Estado, si cambió de idea fue porque le convenía. Sus negocios escandalosos, vida licenciosa, vicios, abusos y prepotencia, son nada al lado del enriquecimiento a costa de coimas y recortes a los negocios del Estado y su protección de los robos de sus familiares.
Algunos políticos y parte de la prensa lo han escondido, como la iglesia a los curas pedófilos. Sin embargo, este es el asunto de fondo que recién empieza a salir a la luz y al aparecer los testaferros de Telefónica y Repsol, empresas de propiedad de manos sino-italianas y emiratos arabes, respectivamente, ya han sido notificadas que saldrá a la luz toda la podredumbre arraigada en España. La nación desea salir de la crisis y la manera de salir o al menos de prepararse a salir de ella, es dando estos mensajes al mundo de limpieza interna; y bueno, han empezado con la corrupción más arraigada que representa este inculto falso rey, sin legitimidad y no se dejen engañar con los cuentos de sus dos aficiones, la cacería de mujeres y de elefantes, su verdadera cacería está en el billete, ya nos han distraído y “cojudeado” bastante con esto y creen que nos han engañado. Él es el rey del billete y nada más. Me dan arcadas…