París.- La Primera Dama francesa, Carla Bruni, ha exhibido una apariencia física que comenzó a preocupar a la población gala, luego que apareciera en los últimos comicios presidenciales de forma pública con su esposo, el mandatario Nicolas Sarkozy.
La razón de esta situación de la también modelo-cantante sería el aparente abuso del botox, un producto de belleza que elimina arrugas y cuyo uso en exceso puede ser perjudicial para la piel.
De acuerdo al Daily Mail, la imagen que muestra Bruni ahora es “completamente distinta” a la del año 2008, cuando se convirtió en Primera Dame en el Elíseo.
“Se ha hecho demasiado. Por eso tiene esa cara de sorpresa y parece una ardilla. Además también usaría Radiesse, que es un rellenador de arrugas. Los resultados no parecen naturales”, manifestó al respecto el médico plástico estadounidense, Ben Benham.