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Martes 24 de abril 2012

Miedo, odio y amor electoral en México (I Parte)

Por: Kent Paterson (Periodista)
Miedo, odio y amor electoral en México (I Parte)
Foto: Adital

La campaña para las elecciones federales en México comenzó oficialmente el pasado 30 de marzo, pero podría decirse que la contienda arrancó de verdad cuando el Papa Benedicto XVI visitó el estado de Guanajuato, baluarte de la derecha. En una historia digna del surrealismo mexicano, el diario La Jornada relató cómo todos los candidatos presidenciales se unieron a cientos de miles de personas en la ciudad de Silao para dar la bienvenida al líder de una institución que tiene oficialmente vetada la participación en política.

La visita papal era algo natural para Josefina Vázquez, aspirante del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), pero el mega-evento que tuvo lugar en una ciudad donde impera el fundamentalismo religioso también atrajo al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Enrique Pena Nieto y a su esposa, la actriz Angélica Rivera, así como a Andrés Manuel López Obrador, el abanderado de la coalición política Movimiento Progresista, nominalmente de izquierdas pero con una posición centrista. Prácticamente desconocido, el candidato del Partido Nueva Alianza (Panal) Gabriel Quadri completó el cuarteto político.

Archienemigo de López Obrador en su momento, el ex-presidente Vicente Fox apareció y estrechó la mano de su viejo adversario. Un sorprendido López Obrador le devolvió el saludo y dijo después que él no le guardaba ningún rencor por las disputas políticas del pasado, que llevaron a México al límite varios años atrás.

La escala mexicana que realizó el Papa en su viaje a Cuba también movilizó a grupos clandestinos. “Los Caballeros Templarios”, un grupo del crimen organizado que opera como un gobierno en la sombra en algunos lugares del país, declaró una tregua en honor del Pontífice. Menos acogedores se mostraron los hacktivistas de Anonymous, que bloquearon el sitio web del Vaticano, y el Ejército Popular Revolucionario (EPR), que envió una misiva desde "algún lugar de Guanajuato” despellejando al estado papal por escudar a pederastas, proteger a fascistas españoles y respaldar políticamente a los opresores de los palestinos. El propósito de la visita del Papa, denunció el EPR, era engañar/embaucar a los católicos para que apoyen a la derecha a medida que avanza la campaña electoral.

En Guanajuato se originaron toneladas de plegarias, reportajes, elogios y denuncias. Analistas y académicos pasarán mucho tiempo diseccionando el significado y el simbolismo de un encuentro Iglesia-Estado mantenido en medio de una transmisión de poderes. John Ross, el recientemente fallecido periodista radical estadounidense que cubrió México desde un cuchitril abarrotado de cosas en el Hotel Isabel, y que al parecer se las apañó para fastidiar a todo el mundo mientras lo hacía, desde el Ministerio del Interior hasta los Zapatistas, seguramente se habría revuelto en su tumba.

Fallecido el año pasado después de una batalla contra el cáncer, Ross reportó vívidamente muchas elecciones mexicanas y escribió una novela, Tonatiuth’s People (El pueblo de Tonatiuh), sobre las elecciones de 1988 que costaron la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas y que, al igual que las de 2006, fueron denunciadas como fraudulentas.

Pero la carrera presidencial de 2012 es completamente distinta de las anteriores elecciones cubiertas por Ross. A diferencia del 2000, cuando Vicente Fox destronó al PRI de su posición como partido único de gobierno, no existe un blanco fácil para el desahogo colectivo. Y a diferencia del 2006, cuando la polarización izquierda-derecha entre López Obrador y el finalmente ganador Felipe Calderón caldeó el clima político, de momento hay poca pasión en el aire.

Incluso los Zapatistas de Chiapas, que en 2005-2006 organizaron la "Otra Campaña” en un intento de canalizar el descontento popular desde el proceso electoral hacia un nuevo programa revolucionario nacional, se han retirado del escenario público.

Un levantamiento de la sociedad civil mucho más reciente, el Movimiento por la Paz y la Justicia con Dignidad, atrajo el interés del público en 2011, pero un año después encara un futuro incierto.

Iniciado de manera involuntaria por el poeta Javier Sicilia tras el asesinato de su hijo, el movimiento se ha apartado de sus primeros llamamientos a la refundación de la República Mexicana y la promulgación de una nueva Constitución. Recientemente Sicilia llamó a votar en blanco como una forma de protesta contra el sistema político, lo que desató duras críticas por parte de los seguidores de López Obrador, quienes acusaron al intelectual de hacer el juego a los poderosos en su intento de mantener el statu quo a toda costa.

Pero también López Obrador ha cambiado en 2012. Conocido en su día por sus enérgicas denuncias sobre "la mafia que gobierna México”, ha suavizado su retórica y habla ahora de reconciliación, amor y entendimiento mutuo. Si en el año 2006 el lema de su campaña era "Por el bien de todos, los pobres primero”, su eslogan para este 2012 es la "República Amorosa”.

El anterior alcalde de Ciudad de México insiste todavía en un proyecto de alternativa política que ataque la corrupción y los privilegios, pero ha reformulado su mensaje político y forjado nuevas alianzas con algunos capitalistas destacados, al tiempo que va ganando una aceptación renuente entre quienes están desilusionados con Calderón y el PAN.

En un ensayo, López Obrador culpabilizó de los males de México no solo a los factores económicos sino también a la pérdida de valores culturales, morales y espirituales.

"Por eso nuestra propuesta para lograr el renacimiento de México tiene el propósito de hacer realidad el progreso con justicia y, al mismo tiempo, auspiciar una manera de vivir sustentada en el amor a la familia, al prójimo a la naturaleza y a la patria,” escribió (1).

En 2012, las reglas básicas han cambiado respecto a las de elecciones anteriores. Los espacios publicitarios en los medios han sido limitados, aparentemente para evitar el tipo de "guerra sucia” política que se puso en marcha contra López Obrador en 2006, y se han establecido mayores restricciones para evitar la difusión de propaganda electoral por parte de los entes gubernamentales.

Una campaña electoral, ya de por sí corta, se redujo aún más con el comienzo oficial de la campaña general el 30 de marzo, justo después de la visita del Papa, cuando México estaba cerrando todo y preparándose para las dos semanas de vacaciones de Semana Santa, momento en el que a la mayoría de los ciudadanos la política les importa un bledo.... (Continuará)

Publicado el 24 de abril de 2012 – Adital.com

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