Las noches en las que el Barcelona le dijo hasta próxima a la gloria en el fútbol

Para el aficionado, el hincha, del club que doce jóvenes fundaron hace 112 años en el ya lejano 1899, las poco más de 72 horas que se sucedieron entre la noche del sábado 21 de abril y la correspondiente al martes 24 de este cuarto mes de 2012, quedarán grabadas como un momento de la larga historia de esta entidad polideportiva que no será digno de ser recordado. Un intervalo de tiempo en el que los jugadores azulgranas hicieron todo lo contrario que tenían que hacer si lo que querían ellos y su director técnico Pep Guardiola era acceder una vez más al lugar reservado a los mejores, a los dioses, del deporte rey a nivel mundial.

Ayer, cual ironía de la historia, una vez más el Camp Nou, el “Campo Nuevo”, el rectángulo de las mil batallas, el lugar en el que hasta hace muy poco la gran mayoría de los equipos que median fuerzas con la escuadra azulgrana eran finalmente ultimados ante el deleite de la gran mayoría de los 100 mil espectadores que abarrotaban sus impecables graderías, este mismo y célebre Camp Nou, el lugar de todas las hazañas, se convirtió en el escenario en el que otra vez esta escuadra de ensueño, la del fútbol perfecto, fue emboscada, y de esa forma humillada.

Una tremenda y traumática experiencia constituyen para los apasionados hinchas catalanes, los llamados “culés”, y los millones de aficionados de este egregio club diseminados a lo largo y ancho del orbe, los 90 minutos en los que su Barça, el equipo de sus amores, se enfrentó a un Chelsea decidido a todo con tal de hacerse con la clasificación para la final de la Champions League europea. Mostrándoles a quienes creían que la victoria lograda por la mínima diferencia hacia exactamente una semana en el muy británico Stamford Bridge no sería suficiente para desestabilizar y eliminar al Barcelona que se habían equivocado.

El Barcelona de ayer martes frente al Chelsea, puede causar dolor admitirlo y escucharlo pero la sentencia se ajusta a lo que el club azulgrana mostró, no estuvo a la altura de las circunstancias dignas de una semifinal. Mostró que con la derrota que encajó frente al Real Madrid el último sábado no había tocado aun fondo. Otra cosa no puede significar el hecho de que disputando el encuentro con un jugador más como consecuencia de la expulsión del capitán del equipo londinense, el larguirucho Tierry, y con una ventaja de dos goles, haya abierto las puertas de su portería en las postrimerías de cada uno de las dos mitades del tiempo de juego. Nada menos que a los 45 y 92 minutos respectivamente.

Pasará mucho tiempo para que la hinchada del club catalán supere las secuelas de estas noches de pesadilla. Una en la que la destreza y la gracia de los pies del goleador de la presente temporada del fútbol español, Cristiano Ronaldo, dejó entrever, al convertir el segundo gol del Real Madrid, negándole así definitivamente el titulo de la Liga a la escuadra catalana, que lo peor aún estaba por venir. Es decir la noche en la que el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, no solo mordió el polvo de la eliminación, sino que incluso perdió un tiro de los doce pasos al confundir el travesaño con las mallas de la portería. Barcelona: Hasta la próxima cita con la gloria.