La “historia oficial” y Fujimori

Borrar de la historia a sus protagonistas es una vieja práctica totalitaria. Stalin borró a Trotski de la historia de la revolución bolchevique, Fidel Castro hizo lo mismo con Hubert Mattos respecto de la revolución cubana y Mao Tse Tung con Chiang Kai Shek en la historia de la liberación nacional de China.

Esta práctica absurda existe porque en los regímenes totalitarios el Estado le impone a la sociedad una “historia oficial” escrita, según la conveniencia política del dictador de turno. Esta conveniencia pasa por encima de la verdad.

En el Perú, cierta izquierda ha pretendido convertir en “historia oficial” el informe final de la ex Comisión de la Verdad, pero ha fracasado. Y no podría ser de otra manera gracias a que vivimos en una Nación libre y democrática.

En esa misma línea de pensamiento antidemocrático se inscribe el empeño en proscribir el nombre de Alberto Fujimori en todos los actos y recuentos alusivos a la operación Chavín de Huántar. Es ridículo, porque han pasado solo 20 años y la gente recuerda bien que la exitosa operación se hizo durante su gobierno.

Un episodio inédito hasta ahora nos ilustra el grado de compromiso y participación que tuvo Fujimori en aquella operación. Este episodio lo he recogido de una fuente directa que guardo en reserva porque así me lo ha pedido.

Antes de que la Patrulla Tenaz irrumpiera en la residencia, se necesitaba saber si había trampas en los jardines de la residencia. Para ello Fujimori dispuso que se revisara esa área desde los túneles, con ayuda de periscopios.

Al no haber en el mercado periscopios pequeños hubo que fabricarlos. Y así se hizo bajo la supervisión personal de Fujimori, quien a partir de sus conocimientos de físico-matemático dio instrucciones precisas para que las lentes no desfragmentaran la luz ni la reflejaran.

Fujimori le encargó la misión a un oficial naval que construyó los periscopios con tubos para agua caliente que seleccionó minuciosamente, pues no debían tener ninguna imperfección. Fue difícil construir las lentes, pero se logró.

Algunos periscopios fueron instalados al borde de las paredes de la casa, los otros al lado de los arbustos. Así se impidió que los comandos pisaran las minas o trampas “cazabobo”.

La noche del 24 de diciembre de 1996, Fujimori citó a los coroneles responsables de planear la operación de rescate. Al llegar estos al punto de reunión se dieron con la sorpresa de que el presidente tenía lista una maqueta de la residencia. Aquella Nochebuena trabajaron hasta las 3:00 de la mañana.

Estos testimonios prueban que Fujimori tuvo un rol protagónico en ese episodio histórico. Participó en el planeamiento y, según las mismas fuentes, ordenó que se les diera a los comandos el apoyo logístico necesario para garantizar el éxito de la misión.

Creo que Alberto Fujimori cometió graves errores políticos, pero esta opinión no me da ningún derecho a censurar la historia. Soy un demócrata, no un émulo de Stalin.

Publicado en el diario La Razón el 27 de abril de 2012.