El mundo está organizado de manera tal que las violaciones desaforadas a los derechos humanos, como las cometidas en Irak y Afganistán, los escándalos financieros como la burbuja inmobiliaria que se originó en bancos gringos, el desempleo, la gente viviendo en la calle en EEUU, los atropellos a la seguridad social, a la salud medioambiental del planeta, la muerte de niños por enfermedades evitables, la existencia de cárceles secretas, la tortura y otros temas igualmente significativos que degradan nuestra condición humana, parecen no tener importancia para la gran prensa.
Si la tiene, para ellos, por el contrario, la recuperación de las acciones de una petrolera argentina pues sus antiguos accionistas seguían políticas que eran lesivas a las necesidades de quien les había confiado la explotación de su petróleo.
Que el Banco Mundial, el FMI y gobiernos como el del Partido Popular español, que participó activamente de la invasión a Irak cuando gobernaba el antecesor del desangelado Rajoy, se jueguen la vida por defender las corporaciones es cosa de ellos, pero que los medios desnuden impúdicamente sus intereses haciéndose eco de lo que ellos dicen e inventando mentiras, es una forma de auto descalificación ante sus lectores de la que a la larga pagarán las consecuencias.
Hace 9 años que la prensa anuncia el derrumbe de la economía Argentina. Hace 9 años que la prensa se equivoca. Quiero advertirles, como colega, que esta no sólo es una nueva equivocación, es la expresión de una afición al error que los descalifica como observadores de la realidad.
(Fuente: Bajo la Lupa)