El desminado de nuestra frontera con Chile

Diversos acontecimientos ocurridos en nuestro país, como el secuestro de 36 trabajadores de Camisea o el rescate de los mineros informales, nos han distraído de temas importantes para la soberanía y seguridad nacional. Me refiero a nuestra posición histórica y jurídica en relación a nuestro diferendo limítrofe con Chile.

En los mismos días que sucedía lo anterior, Perú había presentado una nota de protesta a Chile por las labores de desminado que venían realizando en territorio que nuestro país reconoce como propio. Perú planteaba un trabajo conjunto, cuestión que inicialmente fue rechazada por Chile, hasta que luego, a través de los ministros de Defensa, Andrés Allamand, y de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, hicieran sendas presentaciones en el Congreso sureño para explicar cuál sería su posición. Luego de la discusión respectiva se procedió a hacer una propuesta de trabajo conjunto al Perú para realizar el desminado de la frontera. Esta noticia, que era tratada por todo lo alto en el país vecino, fue ignorada mayoritariamente por la prensa peruana, por razones que desconocemos y que por el momento prefiero no interpretar. Lo real es que el presidente Piñera solicitó al presidente Humala su presencia en Cartagena de Indias, según información oficial aparecida en Chile y que jamás ha sido desmentida por el gobierno peruano. Humala accedió, a pesar de que por la crisis generada por el secuestro de los trabajadores de Camisea había decidido no ir. El cambio de último momento fue motivado por la solicitud del presidente de Chile.

¿Qué sucedió en el interín de la cita entre los dos presidentes? En un café de Cartagena (como lo lee, en un café), el Canciller Rafael Roncagliolo se reunió con el Canciller Alfredo Moreno para tratar la propuesta chilena de remoción de minas personales en la frontera que es núcleo de la demanda peruana ante La Haya. Allí Moreno afinó con Roncagliolo lo que luego sería un acuerdo entre los dos presidentes. La discusión en un cafecito habría sido lo de menos si es que la parte peruana hubiera hecho por lo menos lo mismo que la chilena, es decir, informar primero en las instancias correspondientes, como el Congreso del Perú, la estrategia de remoción de minas, más aún cuando de por medio está La Haya.

Al final se aceptó la propuesta de Chile y ello se presentó en el Perú como un éxito de las relaciones entre los dos países como informó la prensa chilena y reprodujo sin plantear ninguna interrogante la prensa peruana. Lo que no se menciona es que la propuesta chilena señala que ellos se harán cargo del pago a la empresa que removerá las minas, con lo cual darían una señal de dominio que podría interpretarse a favor de la posición chilena en la demanda en La Haya, próxima a verse. Me pregunto: ¿Este resultado ha sido visto por el consejo consultivo de RREE del Perú? ¿Está al tanto de las negociaciones el Congreso de la República o las comisiones de Defensa o Relaciones Exteriores? ¿Los líderes políticos conocen de las decisiones un tanto apresuradas de Humala? Esta situación es preocupante, más aún cuando recientemente el Canciller Roncagliolo ha dicho en un foro universitario que La Haya nunca falla en favor de un país al cien por ciento.

Estamos a tiempo de empezar a ver el tema de La Haya con mayor seriedad y dejar de lado tanto apego a la coyuntura. El gusto del Presidente Humala por las estrellas de rock y la superficialidad cotidiana con que se conduce no debe contagiar a la clase política peruana que debería empezar a tratar el vital asunto de La Haya con mayor atención.