Terrorismo: víctimas y demagogia

Sería irresponsable menoscabar el valor que tiene la vida humana, en particular si se trata de un policía que en la plenitud de su carrera fue asesinado por defender la democracia y el estado de derecho solo para beneficio de todos los peruanos. Me refiero al heroísmo del suboficial de la PNP César Vilca y por supuesto de otros más, quienes fueron alevosamente asesinados por una banda de subversivos o terroristas, en la espesa selva cusqueña durante el desarrollo del operativo militar y policial “Libertad”.

El aspecto cuestionable se relaciona con aquellos que se aprovechan de estas lamentables e insensatas muertes, haciendo demagogia y confundiendo a la población para sacar algún rédito político personal o partidario, criticando sin falta de objetividad o conocimiento el accionar de las fuerzas armadas y policiales, aunado a la solicitud de la renuncia de los ministros de los portafolios del Interior y Defensa, como si ellos, de manera personal, fueran los responsables de lo que acontece en el entorno del accionar del terrorismo y la subversión.  Señalo que es una irresponsabilidad de algunos sectores políticos y la prensa, culpar a estos dos funcionarios políticos por lo recientemente sucedido, entre otras razones, porque no existe país en el mundo, por más desarrollados, fuertes y eficientes que sean sus programas de seguridad interna, que esté libre del accionar del terrorismo.

Estados Unidos y Colombia son dos ejemplos de lo difícil que es contrarrestar el terrorismo o la subversión en cualquiera de sus facetas, en razón a que a pesar de los cuantiosos recursos económicos que se invierten, que se han extremado al máximo las medidas de seguridad interna o externa, y que se tiene a la población en un permanente estado de alerta, la posibilidad real de un ataque terrorista en cualquier lugar y bajo cualquier modalidad, siempre es una situación verídica y de primer orden. Que se sepa, en los dos países señalados y en otros con problemas similares, un  atentado terrorista o un ataque subversivo con pérdidas de vidas humanas y cuantiosos daños materiales, de ninguna manera implica la renuncia intempestiva de los funcionarios que tienen esta clase de responsabilidades.

El razonamiento para que ello no suceda, se explica en la necesidad de no trastocar o debilitar la consistencia, continuidad, solidez y proyección de los planes de seguridad interna contra el terrorismo y la subversión,  dado que cualquier cambio, sobre todo forzado e  improvisado, que se suscite sobre el particular, no hace otra cosa que debilitar el proceder de las fuerzas del orden, al propiciar la desconfianza, el disloque y el propio desengaño de quienes tienen responsabilidad de controlar estas actividades (Con información del diario Expreso).