Nuevo esquema geopolítico mundial

La campaña electoral del verano de 1990 se inclinó de un solo lado del FREDEMO de Vargas Llosa. En el Perú se daba por descontado el triunfo electoral del futuro marqués, su más connotado rival era un hijo de inmigrantes japoneses (que al decir de los prohombres de nuestra Patria “sólo sirven para peluqueros”) montado sobre un tractorcito que humildemente recorría pueblos y villorrios del país, ante la risa sarcástica de la izquierda intelectual caviar marxista y de los poderosos industriales mercantilistas y políticos que no sabían cómo salir del problema senderista.

Mientras tanto el mundo avanzaba de manera dispar. Parecía que al Occidente Europeo se le agotaron los impulsos e iniciativas para ir hacia adelante. En contraparte, las naciones ribereñas del Océano Pacífico iban configurando un nuevo esquema geopolítico de desarrollo económico y social. No olvidemos que este “mare nostrum” alberga a países del primer mundo, a emergentes y a otros aún subdesarrollados. Por capricho del destino los del nor pacífico son los más desarrollados y a la mitad estamos los emergentes.

En 1990, la estrella sudamericana en solitario era Chile que además gozaba del apoyo de EEUU e Inglaterra, tal como ahora ha subrayado en su declaración el secretario de defensa de EEUU, Sr. Panetta, que Chile es su socio militar estratégico, luego de realizar maniobras conjuntas y de visitar Colombia, aislándonos, por lo que parece han reflotado la teoría de Bill Clinton respecto al Perú.

Los gringos son famosos por saber cómo producir dinero, por comprar científicos y mantener en gran nivel de vida a sus ciudadanos, aunque también lo son por sus estúpidos desastres internacionales. Que tenga aliados y protegidos es cosa de ellos, pero que desestabilicen la vida política de otros pueblos, es cosa de locos o de ignorantes. Analizaremos este tema con cuidado.

Con el auge repentino del área del Pacífico en aquella época, ser miembro de APEC era de la mayor importancia. Sólo Chile y México eran miembros plenos en América latina. Entonces, sorpresivamente caímos en cuenta que América del Sur se iría dividiendo en dos grupos geográficamente paralelos: a un lado, los países del Atlántico y del otro, los del Pacífico.

Los países del Atlántico que habían gozado de la cercanía con Europa y el Este de EEUU por 500 años súbitamente pasaron a segundo plano, respecto a su alcance en la nueva era económica del Pacífico, tal como estuvimos relegados geográficamente en ese mismo ciclo los países ribereños a nuestro océano. Es más, en los años finales de la década Venezuela, Brasil, Uruguay y Argentina por coincidencia tenían graves problemas políticos. A la larga, de ellos, sólo el gigante Brasil ha salido a flote y también busca la fórmula para ingresar al Pacífico. Así llegamos a 1990 y a las elecciones presidenciales en el Perú.

NB. El gobierno del Perú debe ponerse nuevamente los pantalones como lo hiciéramos en la década de los 90 para retirar al país de las manos de esos caviares marxistas de la CIDH que lo único que han hecho es dañar la reputación del Perú, su fuerza armada y de los pequeños empresarios que han impulsado nuestro inmenso desarrollo económico.

Publicado el 07 de mayo de 2012 en el diario La Razón.