Josefina y Napoleón

Angela Merkel y Francois Hollande tendrán que encerrarse a decidir ahora quién es Napoleón y quién es Josefina. La canciller de Alemania recibirá al nuevo presidente de Francia con los brazos abiertos y un mensaje gélido: el pacto firmado en marzo pasado para controlar la crisis de la Unión Europea con un manejo fiscal unificado “no es renegociable”. Esta será la madre de todas las guerras entre Francia y Alemania. De ella dependerá la existencia de la Unión Europea.

Hollande basó su campaña electoral en anunciar estímulos a un crecimiento económico con empleo a un país harto de una austeridad fiscal que recién empieza, y ahora pretende incluir eso en el pacto firmado por 25 de los 27 Estados de la Unión Europea. Merkel no aceptará crecimientos artificiales en base a déficits fiscales, solo con base en reformas reales.Nadie en los mercados internacionales cree en la vieja heterodoxia económica que hoy parece ondear Hollande como única bandera. La agencia Standard and Poor´s, para comenzar, anuncia que el regreso del socialismo a la Presidencia francesa no modifica un ápice la mala nota que le pusiera a la economía francesa al rebajarle –previsoramente– en enero pasado la calificación crediticia de “triple A”.

Además, Hollande obtuvo solo el 51,62% de los votos el domingo. Sarkozy consiguió dos millones de votos menos de los que en 2007 le dieron la Presidencia de Francia. Hubo el domingo más de dos millones de votos en blanco y nulos, como lo pidió Marine Le Pen. Ella ha apostado de antemano al fracaso monumental de los socialistas y la victoria masiva de la derecha en cinco años. La ajustada victoria de hoy del socialismo
–debida solo a la apuesta de la derecha– debería hacer reflexionar a Hollande acerca de que es hora de aceptar el modesto papel de Josefina (Con información del diario Expreso).