Miércoles 24 de abril 2024 | Contáctenos
Es evidente que el programa Beca 18 cuenta con un amplio apoyo político y ciudadano y va camino a convertirse en el programa estrella del Gobierno del presidente Ollanta Humala. Y ello porque la población percibe que su objetivo de mejorar la equidad en el acceso a la educación superior, garantizando la permanencia y culminación de los estudios de los beneficiarios y fortaleciendo el desarrollo del país desde la perspectiva de inclusión social, se está cumpliendo pese a que recién estamos en sus comienzos.
No se trata de cualquier acceso a la educación superior sino de uno claramente focalizado en la formación de profesionales en el área de ciencia, tecnología y producción que incidan en el desarrollo nacional, regional o local bajo un enfoque de desarrollo y competitividad, demanda histórica, puntual, amplia pero totalmente insatisfecha en nuestro país y, especialmente en sus regiones. La población escolar también está claramente focalizada: estudiantes de instituciones educativas públicas con alto rendimiento académico y bajos recursos económicos, lo que se verifica fácilmente a través de sus certificados y de la inclusión de sus familias en el Sistema de Focalización de Hogares, Sisfoh, herramienta del MEF en donde está registrada la población en condición de pobreza y pobreza extrema. Además, el programa considera el origen étnico de los estudiantes, su género o pertenencia a poblaciones vulnerables. La beca es integral, es decir, cubre financieramente los costos directos de la educación superior (matrícula, pensiones de enseñanza, nivelación, tutoría, etc.) y los indirectos (alimentación, alojamientos y seguros), además del acompañamiento y seguimiento tutorial al becario. La calidad está asegurada porque Beca 18 está orientada a sufragar estudios en instituciones acreditadas por el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace).
Beca 18 favorecerá directamente a 5 mil jóvenes de 16 a 26 años e indirectamente a alrededor de 20,000 personas integrantes de sus familias. Pero como su apuesta es por la inclusión ha decidido atender de manera preferente a los pueblos andinos, amazónicos y afroperuanos, considerando que el 37% de la población rural tiene un idioma materno distinto al castellano. Asimismo a licenciados de las Fuerzas Armadas, jóvenes de familias del Programa Juntos, del Vrae, discapacitados, afectados por el terrorismo o narcotráfico y jóvenes que por pertenecer a familias disgregadas han crecido en albergues tutelares o casas hogares.
El boom de Beca 18 se refleja en el enorme interés que ha desatado. Este año, el del inicio, ha habido 15 mil jóvenes interesados ella y 5,400 preseleccionados. Este 31 de mayo se habrá otorgado y publicado 4 mil becas, quedando para agosto las mil restantes de las modalidades especiales señaladas líneas arriba. De esta forma el 2012 cumplirá su meta de 5 mil becarios. El perfil de los becarios ratifica el objetivo del programa: 91% proviene del interior del país y sólo el 9% de Lima y Callao. El 70% está en situación de pobreza extrema y el 30% en situación de pobreza. Alrededor del 50% ingresó a las universidades e institutos entre el primero y décimo lugar y sus padres son en su gran mayoría agricultores y sus madres amas de casa.
Beca 18 es una buena noticia, de esas que el Perú necesita para elevar su optimismo en el futuro. Mientras la educación prioriza la primera infancia, este programa lo hace con la juventud rural y marginada que acaso por primera vez mira, al principio con incredulidad y ahora con esperanza, una opción de desarrollo real para ellos, sus familias y su región (Con información del diario Expreso).
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