"Ciudadanos por el cambio" de Valdés

Los ‘cambistas de izquierda’ ya no saben qué hacer para lograr reinstalarse en el gobierno. Parecen aprovecharse de las penosas circunstancias y tensionan el sistema político ante la ausencia de un liderazgo presidencial aún esquivo en reformar urgentemente la anquilosada maquinaria estatal.

Pero, ante la necesidad de cambios en Interior y Defensa a raíz de lo sufrido por nuestros compatriotas caídos en el Vrae como César Vilca, ¿sería prudente que el Primer Ministro también tenga que irse como algunos reclaman? ¿Para qué? ¿Para que la ‘izquierda moderna’ retorne al Ejecutivo? ¿Aquella que viene apañando la prepotencia radical arisca al diálogo pero también al orden, la autoridad y el Estado de derecho tan necesarios en el país? Estos harían la situación mucho más complicada que la actual en la selva y frente a los demás conflictos hasta terminarían fortaleciendo a los Santos y Aranas como candidatos ‘verdes’ presidenciales. Y a los Saavedras, Pizangos y Aduviris como puntales a los gobiernos subnacionales el 2014 o al Congreso el 2016. ¿Eso queremos?

Quien sí ha pasado por agua tibia es el canciller R. Roncagliolo que no se cansa de acomodarnos en ‘planes’ cuasi bolivarianos, detenidos gracias a los medios disidentes y la opinión pública advertida. Serio e inteligente hubiese sido, a pesar del cambio de gobierno, la permanencia de José García Belaunde en este terreno. Hubiéramos evitado desatinos de nuestra diplomacia actual que hasta nos hace aparecer como procastristas en el escenario mundial.

Es obvio que, ante la salida sólo de Lozada [INT] y Otárola [DEF], los ciudadanos ‘cambistas’ y sus aliados también van a presionar para que O. Valdés parta. Por ello el premier debe dar un giro contundente y reorganizar esas áreas con otros rostros. La seguridad interna no puede dar un espectáculo como el que hemos visto. Tal parece además que los ‘cambistas’ quieren tumbarse a M. Castilla [MEF] y rodear a J. Velarde [BCR] quienes son la única garantía, instalada en el Gobierno, a que el camino disciplinado de la economía prospere y se sostenga. Sin el crecimiento económico liberal, los contribuyentes y las inversiones actuando la inclusión a cargo de la importante técnica y ministra Carolina Trivelli estaría atada de manos. Cosa que algunos mezquinos ideologizados hasta ahora no valoran y quieren ahuyentar a la mala.

Hay que defender a los que bregan por controlar realistamente la economía nacional, ya que sin billete no se hace nada; pero, a la par hay que reclamar que el presidente O. Humala ponga a actuar al Estado relegado en eficiencia, para seguir integrando a las urgidas zonas selváticas y rurales [p.ej. ya arrancaron las heladas y los niños en el campo no pueden sufrir las arremetidas del clima]. Ese debe ser el reto presidencial y no otro. Los recursos se van en aumentar la burocracia y en mal utilizarlos en gobiernos regionales improductivos y dedicados a la politiquería electorera. 

Humala, así sea una ilusión pedirlo, debe colocar a la mejor gente en el aparato público. Gente que reconozca sin medias tintas, que no podemos darnos el lujo de aislar el crecimiento económico y petardear la pro actividad individual y familiar que cunde por todo el país. Es ello lo que hace subir a Humala en las encuestas a pesar de los tropiezos. Pero la gente se va a hartar ante el inmovilismo y de esa expectativa frustrada, la política ‘progresista por el cambio’ hacia abajo, se va aprovechar (Con información del diario Expreso).