En los nueve meses de administración Humalista, la prensa y el poder económico han sido bastante tolerantes con la suma de torpezas que se han venido cometiendo. Mezcla de anuncios engañosos como: la falacia de la abundancia recaudatoria del gravamen minero y la ya olvidada “recuperación del Lote 88”; con desaciertos de gestión, como el dejarse imponer la agenda de la patronal minera, como prioridad de gobierno, con: las galimatías en defensa del proyecto Conga, la liquidación en marcha de Doe Run y la pretendida formalización de los mineros ilegales y completando la trilogía de tropelías, las designaciones de medianías e inexpertos como el gabinete Valdés.
La paciencia se agotó al menos para un sector de la prensa con las dos últimas designaciones en las carteras de interior y defensa. Desde el primer día del nombramiento de los señores Calle y Urquizo, los cuestionamientos han venido por todos los frentes. Por ser personas de muy pocos pergaminos e impericia acreditada como gestores y las faltas cometidas en el pasado que no son poca cosa.
Nuevamente dos carteras vitales que tienen que ver con seguridad ciudadana y paz en el frente interno, están a la deriva, con los cargos que afrontan los titulares, no hay forma posible que hagan gestión y no va quedar más alternativa que hacer un recambio del gabinete en su conjunto. La pareja gubernamental tiene que darse cuenta que están ad portas de ingresar a la peligrosísima zona de tolerancia cero.