El Magisterio de los Sabios: Pedro Paulet

Cuando el nombre de Pedro Paulet Mostajo (1874-1945) se cruzó en una lectura, me pregunté si a los sabios debiéramos considerarlos como maestros también. Y creo que sí, por antonomasia -máxime si se tratare de inventores-, aunque no hubieran tenido oportunidad de ejercer formalmente la docencia. Sin embargo, resulta que Pedro Paulet sí fue un hombre vinculado a la educación puesto que dirigió la Escuela de Artes y Oficios –hoy Instituto Superior Tecnológico “José Pardo”- entre 1904 y 1910.

Este ilustre arequipeño que desde niño soñaba por surcar el espacio, estudió en La Sorbona de París y fue graduado como Ingeniero Químico con las más altas distinciones. Como suele ocurrir con estos talentos excepcionales, fue muchas cosas simultáneamente: arquitecto, ingeniero, mecánico, químico, economista, geógrafo, escultor, diplomático, escritor, periodista, conferencista e inventor.

Visionario del destino del país, Paulet advirtió la importancia de nuestro mar y la ubicación estratégica del Perú. Por eso valoraba la factibilidad de comunicar el Pacífico con el Atlántico en la bimodalidad terrestre y fluvial. A ello se agregó su convicción de tener en Argentina a un importante destino, con el cual el comercio debiera ser muy intenso a través de una vía férrea “entre Lima y Buenos Aires, vía Cusco y La Paz, trayendo cereales y subsistencias en general de los países de las pampas, y llevándoles minerales y productos de nuestros países de cordilleras y selvas”. Era la Gran Diagonal Sudamericana.

Tres eran las grandes empresas que el país debería desarrollar, según este sabio: las irrigaciones, las carreteras y la industrialización, muy especialmente de la siderurgia. Los acontecimientos mundiales de la Segunda Guerra Mundial eran también una oportunidad para estimular esta industria, tanto por demanda como por capitales que en aquellos años estaban dispuestos a emigrar. 

Los diseños de Paulet son antecedentes reconocidos de grandes inventos, especialmente en el campo de la aeronáutica. Frente a los motores a vapor, eléctricos y de explosión que eran los más avanzados al principio del siglo XX en materia de locomoción mecánica, Pedro Paulet ya había logrado diseñar y construir un modelo más avanzado, mediante la utilización de fuerzas explosivas retro-propulsoras de cohetes.

Afortunadamente no son pocos los reconocimientos internacionales que Pedro Paulet ha recibido, aunque en nuestro país se sigan valorando más otro tipo de acciones. Tanto así que en estos días, en el afán de reparar los yerros políticos, se recurra cada vez más a la declaración de “héroes nacionales” o alabanzas similares por acciones que, siendo sin duda meritorias, se limitan al correcto cumplimiento del deber.

Wernher von Braun, director emblemático de la NASA, escribió en la ‘Historia Mundial de la Astronáutica’ que “con su esfuerzo, Paulet ayudó a que el hombre abordara la luna". En 1958 el científico ruso Boris Scherschevsky  ha señalado que "el advenimiento de la era espacial se hizo realidad con el desarrollo del motor a propulsión y de la nave espacial diseñada y construida por el peruano Pedro Paulet entre 1899 y 1903". Aunque pequeña, una placa honra la memoria del peruano Pedro Paulet como precursor de la aeronáutica en el Museo Nacional del Aire y el Espacio, en Washington, USA.

Honor y gloria a quienes murieron por el Perú. Gloria y honor a quienes vivieron PARA el Perú.