La primera explicación que se necesita para mi argumentación es saber lo que ocurrirá, lo que no es nada difícil. El gobierno seguirá haciendo suya la agenda de las patronales empresariales del poder real; es decir la de mineros, petroleros y energéticos; al alimón con la de los financistas; mientras que el llamado cuarto poder, en este caso concentrado en un solo grupo familiar, hará de caja de resonancia.
Como éstos han nacido con la carencia del gen del “feeling” sobre manejo político, los enfrentamientos se multiplicarán por doquier, con su consiguiente descontento. A esto se sumará que en el mejor de los casos la economía crecerá menos y las obras de fierro, cemento, aluminio y vidrio serán menores que en la gestión de Alan García. El descontento será enorme, con la pareja presidencial y con el establishment. El candidato nuevo que estructure un discurso hecho a la medida, será el mandatario que esperan.
Publicado el 28 de mayo de 2012 en el diario La Razón.