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REDES SOCIALES
Viernes 01 de junio 2012

¿La Mesa de diálogo resuelve conflictos o problemas sociales?

Por: Lic. César Sánchez Olivencia.
¿La Mesa de diálogo resuelve conflictos o problemas sociales?
Foto: Medios

El problema social se genera en una necesidad básica insatisfecha. El conflicto social se genera por la demanda no atendida en su oportunidad y la respuesta incorrecta del Estado. Los problemas sociales no siempre terminan en conflictos sociales. Problema social no es igual a conflicto social. Distinguir estos conceptos es la primera condición para actuar en un conflicto. No se puede evitar que haya posiciones extremas que oculten intereses extremos.

Por eso conviene conocer que se propone el Estado cuando interviene en una situación de crisis social: ¿la solución del problema social o del conflicto social? Para solucionar un conflicto podemos recurrir a las actitudes pacíficas o no pacíficas. La decisión por una o por  otra determinará la solución coyuntural o definitiva del conflicto. En este artículo, reflexionemos sobre la forma pacífica de resolver conflictos sociales.

El mediador como agente de solución de conflictos

Una de las formas democráticas de arreglar el conflicto social es a través de un mediador. Es lo más difícil. Cuando el Estado es parte, el que interactúa en función de mediador no puede cumplir este rol. La percepción psicológica que tiene la sociedad de un ministro es el de mediador entre el Estado (Ollanta Humala) y el Pueblo (dirigentes) El mediador debería ser una persona de alto nivel humano e intelectual. No decimos que se busque a un Gandhi. Es difícil conseguirlo.

Este funcionario debe poseer  características óptimas para realizar su función. El objetivo de la mediación consiste en ayudar a tomar la mejor decisión, lo que implica ser capaz de comprender las diferentes posiciones e intereses, que casi en la mayoría de casos no son los mismos, para ninguna de las partes. Mucho cuidado. No debe respaldar a una de las partes en perjuicio de la otra. No debe hacerlo ni siquiera para mantener su puesto de trabajo.

El proceso de mediación se inicia cuando ambas partes deciden negociar y  toman una decisión por si mismas o con intervención de una tercera persona con elevados valores éticos y morales. El hecho de tomar una decisión sobre tal o cual mediador, facilita los futuros acuerdos  y produce un círculo virtuoso de confianza y voluntad entre las partes y el mediador. Esta es otra condición para el éxito de la mesa de diálogo. Solo la transparencia y la buena fe generan una actitud positiva entre las partes.

Un mediador no tiene responsabilidad acerca de los resultados de la mediación. Solo es responsable del proceso de mediación. Su modo de ser y su modo de actuar afectan las decisiones que finalmente adopten las partes. No debe emitir juicios de valor sobre las opiniones y decisiones, porque  tiene que mediar entre las partes. Tiene que ser una mezcla de buen vendedor y buen amigo, que intenta ayudar a comprar lo mejor para el cliente. Nunca trataría de vendernos gato por liebre.

La paciencia japonesa es una herramienta decisiva. Las partes deben de disponer del tiempo necesario para que conozcan minuciosamente en qué consiste el conflicto. Siempre existe una profunda vinculación entre el pasado y el presente. Se  formulan y contestan aspectos del pasado. Una vez que se conoce el conflicto, el mediador debe centrarse en la discusión y en las posibles alternativas. Su papel debe ser el de buscador de soluciones. 

La Mesa de diálogo se asocia con la solución de conflictos sociales, pero en realidad sirve para la solución de problemas sociales. Si no es así el proceso será inútil. No debe ser un engañabobos. Su efecto puede ser la solución del conflicto social. Muchas personas no han llegado a comprender la importancia de la llamada Mesa de Diálogo, que es una reunión en que participan el Estado y la Sociedad para analizar problemas y buscar alternativas de solución. El Estado debe plantear razones; la sociedad debe aceptar razones. Y viceversa.

En el proceso de toma de decisiones, no solo el gobierno tiene derecho a proponer soluciones. Todos los actores sociales deben expresar sus puntos de vista para ser tomados en cuenta. De ese modo, el diálogo convocado por el Sector Público relaciona positivamente al gobierno con  la ciudadanía. Permite vivir en democracia auténtica. Y por qué no decirlo: impide que el malestar llegue a conflicto y éste a violencia. Es una forma de control social, que debe conocer al detalle el Estado.

El diálogo como sistema

Si bien la democracia cuenta con instituciones representativas en las que el diálogo  es la forma de relación entre los políticos, para canalizar racionalmente las decisiones participativas, el diálogo directo entre los representantes del gobierno y  la ciudadanía es la mejor forma de plantear problemas y encontrar soluciones. Este diálogo se realiza a través de la Mesa de Diálogo. Sus actores deben tener dos virtudes: 1) buena fe; y 2) voluntad de cooperación.

El diálogo  es una forma de inclusión democrática. El Perú es un país que vive en democracia. Este es un sistema  que tiene mayor vocación por el diálogo. Como  ética de la política y como método para lograr acuerdos legítimos, el diálogo es una herramienta clave de la democracia; permite  adoptar los acuerdos entre personas como si se tratara de una familia. Todos no piensan igual, pero al final se debe imponer la cordura.

Búsqueda de fórmulas inclusivas

Si deseamos que el gobierno conozca nuestros problemas, el diálogo es importante en una época como la actual, plagada de tensiones generadas por las contradicciones políticas, económicas, sociales y culturales. Es necesario institucionalizar el diálogo para articular democráticamente las múltiples necesidades básicas insatisfechas. Y en el Perú, más de la tercera parte de la población no encuentra solución a sus problemas desde hace 30 ó 40 años.

Un país vive en  democracia auténtica cuando las relaciones entre gobernantes y gobernados, ciudadanos, organizaciones y Estado se sustentan en el diálogo. Fortalecer la cultura política democrática implica, entre otras tareas, consolidar el ejercicio del diálogo para aplicar una política saludable. La Mesa de Trabajo permite este diálogo para conocer problemas y buscar alternativas de solución. Es una práctica de buen gobierno en el Sector Público. La gobernabilidad.

El objetivo del Estado debe ser la inclusión a favor de la mayoría de peruanos, que gobiernos anteriores no han  atendido. El Estado de derecho debe promover el diálogo  para evitar que las tensiones generen  violencia. A 10 millones de peruanos les falta pan, agua, salud, educación, vivienda, etcétera. Que el diálogo sirva para encontrar soluciones. El problema es que el actual gobierno recibe la herencia del conflicto en su fase de desarrollo explosivo. Es una bomba de tiempo que debe desactivar.

En su  encíclica Populorum progressio el Papa  Pablo VI escribió: “Es cierto que hay situaciones cuya injusticia clama al cielo. Cuando poblaciones enteras, faltas de lo necesario, viven en una tal dependencia que les impide toda iniciativa y responsabilidad, lo mismo que toda posibilidad de promoción cultural y de participación en la vida social y política, es grande la tentación de rechazar con la violencia tan grandes injurias contra la dignidad humana”.Permite comprender aunque no justificar la violencia.

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