Diálogo a pedrada limpia

Si cabía alguna duda de que el candidato presidencial o el presidente electo Ollanta Humala fuera a convertirse en un nuevo Luis M. Sánchez Cerro, porque ambos fueron comandantes del Ejército, los diez primeros meses de gobierno del presidente Humala han demostrado que se atiene a la Constitución de 1993 y a las leyes de la República.

El presidente del Consejo de Ministros, Óscar Valdés Dancuart, es un hombre de formación castrense y de experiencia empresarial, que representa por tanto el orden y la eficiencia. La derecha respiró tranquila con su nombramiento, que definía dos líneas fundamentales de gobierno: desarrollo económico e inclusión social. La izquierda quiere cambiarlo por algún caviar.

El presidente Humala ha afirmado que defenderá el estado de derecho frente a la agitación de masas en Cajamarca y Cusco y ha respaldado a su primer ministro. Por tanto, la Policía Nacional debe mantener el orden público, debe impedir la toma de carreteras y debe entregar a la justicia a quienes ocupan carreteras y lanzas piedras a granel. Fiscales y jueces no se pueden poner al lado de la muchedumbre desbocada, porque de esa manera hacen el juego a quienes quieren desestabilizar al Gobierno.

José Luis Bustamante, jurisconsulto por excelencia, puso fuera de la ley al partido aprista por intentar un golpe de Estado. Parecería que hay quienes en el Parlamento y en los medios de comunicación prefieren el caos al orden. Buscar la anarquía es jugar con fuego, porque no puede haber diálogo democrático a pedrada limpia.

Publicado el 02 de junio de 2012 en el diario La Razón.