Las ideologías distorsionan la comprensión del ser humano. El liberalismo concibe a la persona sólo en su dimensión individual, y la deforma al priorizar excesivamente su libertad. Además, insufla un espíritu egoísta que vacía a la persona de su vocación a la solidaridad.
En reacción, los socialismos conciben al hombre sólo en su dimensión social. Los socialismos marxistas y fascistas, someten al ser humano al estado totalitario, las más de la veces bajo el control del partido único. En otras variantes del socialismo, bajo un esquema gramsciano, se aparenta tolerancia a la pluralidad política, pero en verdad es un férreo contexto socio-cultural rígidamente materialista y sumamente negador del bien común.
Los sistemas ideológicos edifican sociedades para el hombre que han imaginado. Pero, no sirven para el ser humano real. El contagio de la política con las ideologías causa errores sociales y económicos de consecuencias gravísimas contra el ser humano.
La persona humana es un ser racional, dotado de alma espiritual trascedente, no es un animal. Su libertad y voluntad, son potencias que se actualizan mediante mociones de la inteligencia. La persona humana ejerce libertad previamente racionalizada, determinando su fin y sus límites. La exaltación de la libertad sin medida, desarticula la interioridad y disloca del entorno social. En contraste, la negación de la libertad permite las manipulaciones.
A la luz de lo dicho, sin duda que hay causales ideológicas en la sedición anti-minera que viene sufriendo el Perú.
Publicado el 07 de junio de 2012 en el diario La Razón.