Marco Arana sería, según algunos, una de las cabezas detrás de los conflictos (aunque él lo niega) por lo que llamó poderosamente la atención el comunicado que su partido publicó conjuntamente con el de Susana Villarán el domingo pasado atacando al Gobierno. La alcaldesa de Lima sabe que su ineficiente gestión no mejorará la ciudad, pero a través de la municipalidad maneja varias organizaciones de base y a Arana le conviene contar con un margen de votos en la capital, por lo que ya se visualiza el trabajo conjunto para obtener réditos políticos a futuro.
Para ello, un día después de la publicación señalada, Villarán apareció con la populista medida de colocar más inspectores de tránsito en otro tramo de la avenida Abancay para decir que esa es la “gran solución del control del transporte”, cuando todos sabemos que sería inviable hacer extensiva esa medida al resto de la ciudad debido al impagable número de inspectores que se necesitarían, pero el populismo de Susana sirve para convencer a los incautos y esto se traduce en apoyo a sus aliados.
Esta alianza entre Arana y Villarán da mucho qué pensar. Quizá los limeños estemos financiando, sin saberlo, con nuestros impuestos las diferencias entre peruanos que ya han costado doce vidas por lo que habría que preguntarse ¿Quién financia el desorden en el Perú?