La actitud y la garra estuvieron hoy de lado del Perú pese a la derrota frente a Uruguay

En este estadio, en el Centenario de Montevideo, el Perú mostró buena actitud y mucha garra

Si hay una palabra que puede servirnos de adjetivo para catalogar el encuentro que Perú disputó contra Uruguay esta tarde en el Estadio Centenario de Montevideo, no cabe duda, esta es el vocablo actitud. Esto, pese a perder la selección blanquirroja su cuarto partido consecutivo y que con solo tres puntos en su haber hoy es el colero absoluto en el grupo sudamericano compuesto por 9 equipos que disputan unos de los 4 cupos puestos a su disposición para el Mundial Brasil 2014. Ya que esta tarde en el fortín charrúa, los dirigidos por Sergio Markarian, no cediendo ante el poderoso adversario, pagaron verdaderamente cara su derrota.

El símbolo del triunfo moral, tampoco quepa duda alguna, nuestro díscolo, talentoso y pundonoroso delantero Paolo Guerrero, quien hoy en campo uruguayo mostró lo que significa sudar la camiseta cuando uno la porta a fin de dar cara por las cuatro letras de la palabra Perú. Guerrero, desplazándose con mucha inteligencia y coraje, sudando a más no poder, mostró esta tarde lo que puede la capacidad técnica, la que tiene a raudales, fuente de toda inspiración, cuando va acompañada de la entrega sin límites por los colores patrios. Vale decir de la transpiración, traducción del amor propio, lo que marca muchas veces, cuando la suerte también acompaña, la diferencia en este tipo de lides.

Esta tarde en Montevideo, hay que decirlo haciendo honor a la justicia deportiva y sin desmerecer por ello los méritos indiscutibles del cuadro charrúa, la selección peruana de fútbol, mediocres performances futbolísticas aparte, mereció mejor destino en lo que concierne al marcador. Mucho mejor. No mereció para nada perder, a lo menos empatar y por qué no incluso hasta triunfar sobre un rival con todos los pergaminos habidos y por haber, cosa que lo convertía en el favorito para esta contienda. Perú por el empate transitorio a dos goles por lado ameritaba valgan verdades revertir el marcador. Máxime si el primer tanto de los orientales había sido de dudoso perfil dado que al parecer el balón no había cruzado la completamente la línea de la portería peruana.

Actitud, de la buena, es pues la palabra que se ajusta sobremanera para evaluar el despliegue futbolístico de la escuadra peruana en el rectángulo del Centenario. Otro no puede ser el vocablo que nos permita evaluar, pese a los cuatro goles que encajó, el desempeño del larguirucho Diego Penny, quien además de atajarle un penal a la estrella charrúa Diego Forlán, impidió cuando pudo, en múltiples ocasiones, que el score se abultase a favor de una escuadra uruguaya ávida siempre de más y más goles. Buena actitud es lo que mostró hasta el último minuto el equipo peruano, algo que hasta el día de hoy había estado ausente de toda performance de quienes tienen el honor de portar una camiseta peruana.

Así las cosas, una cosa debe quedar en claro pese a que es muy probable que quedando 10 partidos por disputar en estas eliminatorias y habiendo sido relegados al último lugar en la tabla de posiciones, detrás de Paraguay y Bolivia que tienen un punto hoy más que nosotros, y que poco o nada se pueda esperar en estas eliminatorias de miras al Mundial Brasil 2014: Podemos rescatar algo positivo a partir de lo sucedido esta tarde. Estimulando una buena actitud, se puede echar mano de lo mejor del talento natural de nuestros jugadores a fin de sacar adelante un proyecto de más alto nivel que arrastre, cual locomotora, a nuestro fútbol y nos posicione en un lugar más expectante a nivel mundial. Dejando atrás majaderías  de otros tiempos que nada bueno hacen por nuestro balompié en particular y nuestro deporte en general.