Chatarreo en Lima

Por primera vez en el Perú, una Municipalidad inicia un programa de chatarreo con recursos propios. Un largo camino recorrió la ciudad hasta que por fin una alcaldesa está dispuesta a ejecutar lo que Lima pide a gritos: iniciar la reducción del exceso de flota del transporte urbano de pasajeros. El chatarreo apunta a los vehículos de más de 20 años y prioriza las combis, las mismas que desde mediados del año pasado ya no pueden entrar al mercado como consecuencia de la ordenanza 1538. La MML se ha trazado una meta ambiciosa: reducir en 4,000 unidades la flota de transporte público de pasajeros. Esto permitirá menos congestión, menos contaminación y más rentabilidad en las inversiones de Buses.

La MML ha preparado una ordenanza para consolidar el programa de chatarreo que ya inició su ejecución a cargo de Protransporte. En ella no solo se ampliarán los recursos del primer programa, sino que se establecerá el plan de retiro por antigüedad, que le permitirá a Lima que -en el año 2021- ya no circulen vehículos de más de 15 años en el transporte público. Un cambio importante en una ciudad en donde la administración anterior fijó un plazo tope de antigüedad para los vehículos del transporte de basura inferior al de límite de edad para el transporte de personas. El primer programa de chatarreo se financia con las multas pagadas por los operadores del Metropolitano por incumplir su propio programa de chatarreo. Y los demás programas serán financiados con recursos propios de la MML que se destinarán a un fideicomiso con la Caja Metropolitana. Adicionalmente, existirán compromisos de chatarreo específicos en los contratos de concesión de los futuros operadores del Metropolitano II, en los de los corredores complementarios y en el resto de las autorizaciones que se darán en el conjunto del sistema de transportes. Lima necesita un plan de 15 años para lograr alcanzar gradualmente el tamaño de flota que se requiere, que es la mitad de la actual. Pasar de 39,000 unidades a 35,000 durante el 2012 es importante. Reducir la flota de transporte de pasajeros a menos de 30,000 en el 2014 es difícil, pero es factible si no hay sobresaltos que alteren los programas de la actual gestión. Por ahora Lima tiene lo fundamental: un equipo sólido y experimentado en Protransporte, consenso en la opinión pública para chatarrear y una alcaldesa decidida a hacer historia. Ahora o nunca. (Fuente: Bajo la Lupa)