El término calidad no es un término unívoco, es decir que posee un solo sentido y significado; es un término polisémico porque tiene pluralidad de significados, y se lo utiliza como adjetivo calificativo y como sustantivo. Como sustantivo, en tanto existe buena o mala calidad.
El término calidad educativa puede significar muchas cosas: ausencia de deficiencias o de errores en la enseñanza-aprendizaje, calidad del producto educativo (estudiante-profesional), cero errores y/o defectos, cien por ciento acierto, cumplimiento de los principios y valores éticos que ayuden a la integración social y a la convivencia social pacífica.
Asimismo significa cumplimiento de los objetivos, fines y metas cuantitativas trazados por la institución educativa de acuerdo con los grandes objetivos de desarrollo de un país; desarrollo y perfeccionamiento de las capacidades básicas del educando para la adaptación e integración adecuada y crítica al proceso productivo de la Nación.
Calidad educativa es valor de un producto que resulta de la comparación entre un modelo y lo que se logra en el proceso (logro mínimo, logro máximo, ningún logro).
Finalmente, significa eliminación de todo lo que está mal concebido o hecho en términos de rendimiento académico y profesional; previsión de deficiencias y de reclamos; transmisión de conocimiento socialmente válido, importante y trascendente; significa formación de comportamientos que hagan posible el funcionamiento de un eficaz sistema político democrático, y uso racional, equitativo y eficiente de los recursos humanos, materiales, didácticos y de infraestructura.
La calidad de la educación es al mismo tiempo un concepto pluridimensional, recursivo y relativo. En el primer caso comprende todas diversas funciones y actividades, entre ellas: enseñanza y programas académicos, investigación, becas, personal, estudiantes, edificios, instalaciones, equipamiento, laboratorios, talleres y servicios a la comunidad.
Decimos que la calidad educativa es recursivo, porque para obtener educación de calidad es necesario planear, ejecutar, evaluar, retroalimentar, ajustar y corregir los errores cada vez que se producen.
Y es relativo y no absoluto, por cuanto cambia de contenido en cada espacio y tiempo histórico, al ser interpretado de diferente manera por cada persona o por cada grupo de investigadores y en cada situación particular.