Guía rápida

Si quieres convertirte en niño mimado de la progresía, lo primero que debes hacer, obviamente, es adoptar un discurso progre. Cuanto más feroz sea, mejor. Busca bien tu nicho, como dicen los expertos en mercadeo. Perseguir militares y policías, por ejemplo, tiene ya demasiada competencia y está un poco pasado de moda. Sugerimos que optes por atacar la inversión minera. Así matas varios pájaros de un tiro: posas como defensor del medio ambiente, saboteas el perverso modelo neoliberal y te podrás codear con lo más selecto de la progresía mundial, porque la tendencia en Europa es perseguir a los empresarios mineros como los nuevos violadores sistemáticos de DD.HH.

Una vez que has identificado tu segmento, el resto es coser y cantar. Papayita. Piece of cake, como dicen los gringos que, felices, donarán cientos de miles de dólares a tu ONG (es tan obvio que debes tener una que ni siquiera lo mencionamos al comienzo).

A continuación, te das a conocer. Para eso, se requiere organizar una protesta popular. Parece complicado pero no lo es. Solo tienes que leer el manual “Protegiendo a su comunidad contra las empresas mineras y otras industrias extractivas”. Pide una copia gratis a Oxfam y sigue las instrucciones al pie de la letra.

Ten en cuenta que la protesta popular debe ser muy violenta si quieres resultados políticos y mediáticos. Nada de vigilias con velas y carteles, eso es para mensos. Quema instalaciones públicas y privadas, bloquea carreteras, ataca policías y, si tienes un fiscal a mano, secuéstralo por unas horas. En el peor de los casos, obtendrás una mesa de diálogo. No es mucho, pero algo es algo. Si eres afortunado, te arrestarán y encarcelarán, a lo sumo una semana. Una vez excarcelado, das una conferencia de prensa en Lima. Y listo, ya eres una estrella.