Humala necesita enfrentar a las multinacionales, no a sus ciudadanos

Winston Churchill no es santo de mi devoción, pero hace unos días leí algo que dijo, o que dicen que dijo, o que tal vez oyó, repitió y se arrogó la autoría… acto común en los políticos. En todo caso, la frase era: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Con esta suerte de máxima, Churchill se estaba refiriendo a dos figuras clave dentro de la gestión de un Estado.

Me quedé pensando mucho tiempo en la frase y quise averiguar con cuál de las dos figuras encajaba nuestro presidente, con la del estadista o con la del político. Encontré que con ninguna. Humala parece no estar pensando en las próximas generaciones. El único proyecto en claro que tenía era su plan de gobierno, si bien luego lo estrujó, modificó, y amoldó a los intereses del capital. No pasarían 2 días de su legislatura y ya hasta había desechado ese documento amorfo.

Humala tampoco piensa en las próximas elecciones, no después de incumplir con prácticamente la totalidad de este plan marchito, al que a posteriori llamaría “hoja de ruta”. No después de que tras 11 meses de gobierno haya 10 ciudadanos muertos a manos de los cuerpos de “seguridad” del Estado, peruanos que seguramente votaron por él.

Humala ha perdido la brújula, no tiene perspectiva de futuro, no tiene plan, ni siquiera está aprobando medidas populistas para asegurarse las próximas elecciones y, lo que es peor, está decepcionando y masacrando a la población que lo apoyó para que ahora esté donde está, codeándose con la crema y nata de la política internacional, estrechando manos con grandes señores poseedores de multinacionales.

Sin embargo, Humala podría recular un poco ese sendero nefasto por el que viene circulando, y empezar a mirar a su alrededor. Dejar de acercarse al eje neoliberal: Piñera, Santos y Calderón; y arrimarse a quienes han tenido resultados positivos y pueden servirle de modelo.

Argentina es un buen ejemplo de cómo puede actuar un gobierno cuando coloca los intereses de su población por sobre los intereses de las corporaciones internacionales. En la última década, compañías multinacionales han interpuesto más demandas contra Argentina que contra cualquiera de sus vecinos países. Un hecho reciente es el escándalo que armó el gobierno español hace 2 meses por la renacionalización de YPF-Repsol. La prensa internacional ha sido hostil con Argentina por más de 10 años.

Sin embargo, las políticas de los gobiernos Kirchner han tenido un enorme éxito para el pueblo que los eligió. El país ha tenido el mayor crecimiento en el hemisferio; y un crecimiento incluso más importante a partir de 2001 hasta 2010. La pobreza cayó en dos tercios y la extrema pobreza por más de tres cuartas partes. El empleo alcanzó niveles récord, y la desigualdad se redujo drásticamente: en 2001 el ingreso del 5% de la población más rica fue 32 veces mayor que el del 5% de la más pobre. En 2010 había descendido a 17 veces.

Otros gobiernos de la región también han logrado resistir a las corporaciones internacionales y han conseguido demostrar que ellos trabajan para satisfacer los intereses de sus propios ciudadanos. Se trata de un nuevo paradigma, y las viejas reglas -donde estas empresas podían hacer todo lo que quisieran- ya no se aplican. Perú puede hacer lo mismo (Con información de Diario 16).