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Sábado 16 de junio 2012

La jalea real: Otro precioso regalo de las abejas

Por: María Esther Ibeas
La jalea real: Otro precioso regalo de las abejas
Foto: callegranvia.com

La jalea real proviene de la secreción de las glándulas hipofaríngeas y mandibulares de las abejas obreras a una determinada edad, cuando tienen entre 5 y 14 días, y son las que los apicultores llamamos “abejas nodrizas”, ya que se encargan del cuidado de las larvas y de su alimentación. Pasado este período de vida, las glándulas de las abejas nodrizas dejan de segregar jalea y estas abejas pasan a desarrollar otras labores dentro de la colmena, siendo sustituidas por la siguiente generación. Esta secreción glandular no se produce durante todo el año, sino cuando se dan varios factores tales como una temperatura adecuada y un acopio en la colmena de reservas de néctar, polen y agua suficientes para iniciar el ciclo de cría en la colmena.

Dentro de la colmena, cuando la colonia se está desarrollando y está creando vida incesantemente, una vez que eclosionan los huevos depositados por la reina, todas sus larvas son alimentadas con jalea real. A partir del tercer día en ese estadio de larva, solamente las larvas-reinas son alimentadas con jalea real y seguirán alimentándose así hasta el final de sus vidas como reinas adultas. Sin embargo, las larvas de zánganos y obreras a partir de ese momento recibirán una alimentación diferente a base de miel y polen que denominamos “pan de abeja”.

De un huevo fecundado podría nacer una abeja obrera o una abeja reina, básicamente el tipo de alimentación es el que determina su naturaleza. Debido a que la abeja reina es alimentada durante toda su vida con jalea real, ésta es de un tamaño mayor que la abeja obrera, tiene su aparato reproductor plenamente desarrollado, es muy fértil (pone entre 1500 y 2000 huevos diarios) y es más longeva -puede vivir entre 3 y 6 años-, mientras que la abeja obrera es estéril y su tiempo de vida durante el período de actividad es de entre 30 y 90 días. De ahí que la jalea real haya adquirido tanta importancia como producto revitalizante y estimulante, ya que aumenta las fuerzas vitales del organismo en general.

La extracción de la jalea real se realiza en colmenas vigorosas y con abundantes abejas jóvenes (las nodrizas). Cada colmena se deja huérfana, es decir, sin la reina que cohesiona toda la colonia y se encarga de la proliferación de la especie. Se introduce un cuadro con varios listones en los que se han fabricado artificialmente el inicio de unas realeras a las que el apicultor ha introducido en cada una de ellas una diminuta larva recién salida del huevo.

Cuando la colonia se siente huérfana a las pocas horas, comienza a desarrollar más las celdillas realeras y a alimentar a las larvitas. A los tres días, cuando se ha alcanzado una cantidad óptima de jalea real, se retira el cuadro con las realeras para succionar la jalea real con una pequeña herramienta aspiradora. Cada celdilla contendrá entre 200 y 500 mg. Si esta labor se realiza varias veces en la colonia, habrá que procurarle nuevas abejas nodrizas y nuevamente aflorará el sentimiento de orfandad y estrés. Ésta sería la forma comercial de extraer jalea real en cantidad. Otra forma, bajo mi punto de vista menos agresiva pero no tan comercial, es aprovechar las realeras naturales de una colmena cuando ésta ha desarrollado el deseo de enjambrar, de tal modo que el apicultor dirige la enjambrazón dividiendo la colonia, dejando unas pocas realeras para el nacimiento de una reina en la nueva colonia y aprovechando el resto de realeras para la extracción de la jalea real.

La jalea real, también denominada “leche de las abejas”, es de consistencia viscosa, de color blanco cremoso y de sabor ácido. Es termosensible, fotosensible y con un alto grado de humedad (68% de agua y 32% de materia seca, aprox.), es decir, en estado puro o fresco se deteriora muy rápido con el calor, la luz solar, el oxígeno del aire y la humedad. Por ello, cuando la encontramos fresca en el mercado, deberemos conservarla para su consumo a una temperatura de 0-4ºC, al abrigo de la luz, y deberá estar envasada en recipientes opacos oscuros y cerrados herméticamente. Como consumidores, debere-mos asegurarnos que se haya seguido la cadena de frío. Mezclada con la miel, ésta hace de estabilizante, por lo que no necesita frío, si bien debe ser conservada igualmente en envase oscuro y cierre hermético. Fina-lmente, la liofilización es un proceso de secado que consiste en aplicar evaporación al vacío en estado de congelación, con lo cual se transforma la jalea real en polvo. Este proceso de conservación es el más estable y duradero, pero su aplicación produce daños en el valor terapéutico de la jalea real.

Es importante ser conscientes del proceso de obtención de la jalea real para un consumo consciente y no abusivo de la misma. Los tesoros de la naturaleza se pierden cuando se abusa de ellos.

En cuanto a su composición química, contiene en valores aproximativos: agua (68%), azúcares (8,5%), proteínas (11-14%), lípidos (5,6%) y cenizas (0,8%). Como aspectos más característicos destacan sus 20 aminoácidos, su gran riqueza en vitaminas (especial-mente del grupo B) y la gran cantidad alta de oligo-elementos y sales minerales. Cabe destacar la presencia de la gammaglobulina, que colabora en la resistencia del organismo frente a bacterias, virus y toxinas, y la presencia del ácido 10-hidroxidocenoico, con un elevado efecto inmunomodulador, así como su contenido en hormonas sexuales. Por ello, se puede considerar a la jalea real un bioestimulante natural de muchas funciones del organismo, ya que aumenta la capacidad intelectual y el rendimiento físico. Puede suplir deficiencias en la dieta en lo que respecta a aminoácidos, minerales y algunas vitaminas, y estimula el apetito.

 

Nota publicada en laeco.net.

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