Francia escoge la izquierda y la vía del socialismo

Francia ha decidido hoy contar con una Asamblea Nacional poblada mayoritariamente de representantes provenientes del lado izquierdo del espectro político. A partir de hoy, el parlamento francés cuenta con un bloque de izquierda compuesto nada más y nada menos que por 349 representantes procedentes de 5 agrupaciones políticas de izquierda. Entre los que destacan, qué duda cabe, los del Partido Socialista y sus princiaples aliados, que con 300 curules en su haber superan la barrera de los 289 escaños y alcanzan de esa manera la mayoría absoluta. Francia, en esta forma, cuenta a partir de hoy no solo con un presidente socialista, sino también con una Asamblea izquierdista, en la que el socialismo galo tiene la preeminencia.

El electorado francés ha decidido en consecuencia cerrar un ciclo de su historia política, poniendo punto final a la supremacía de la derecha en su Asamblea Nacional. El bloque de derecha francesa cuenta tan solo a partir de hoy con 226 representantes, 120 menos que los de origen izquierdista, entre los que destacan los 207 diputados de la Unión por un Movimiento Popular del ahora ex presidente Nicolas Sarkozy, que con este resultado entra necesariamente en una etapa de recomposición a fin de que, como segunda fuerza electoral, pueda erigirse para empezar en una oposición a la izquierda hegemónica en el tablero político francés.

Y no solo eso. Cerca de 25 millones 700 mil electores han demostrado hoy, al cierre de este ciclo, que la hipótesis de la proporcionalidad electoral que François Mitterrand lanzó a la posteridad política en el lejano 1986 se ha convertido en una suerte de teorema, dado que las agrupaciones del extremo del abanico político galo han mordido esta vez el polvo de la derrota; mostrando así su validez. El pobre resultado obtenido por el ultraderechista Frente Nacional que ha obtenido tan solo dos asientos y cuya lideresa Marine Le Pen ha sido incluso derrotada en estas legislativas, muestra que el llamado sistema proporcional se convierte en una suerte de garante de la estabilidad del régimen político francés al bloquear el avance grupos de origen extremo.

Francia incluso hoy también ha decidido que el hasta hace poco necesario centro político francés es ahora redundante. No solo porque los representantes centristas, dado el resultado, no serían necesarios para constituir un bloque al interior de la Asamblea Nacional, sino porque en los hechos la representación de origen centrista se ha volatilizado por obra y gracia de la decisión del soberano en Francia. A partir de hoy, el otrora hasta cierto punto relevante Movimiento Democrático, el Modem, contará tan solo con dos diputados. Poco o nada. Y lo que es peor para ellos, su líder François Bayrou es una de las víctimas de esta elección y en el llano político tendrá que hacer su camino nuevamente al andar.

El electorado francés le ha concedido al aun nuevo mandatario que es el socialista François Hollande la mayoría que este hombre de izquierda requería y esperaba obtener para no solo presidir el Estado francés, sino también gobernar el hexágono al contar con un primer ministro que encuentra su esencia en un nuevo alineamiento de fuerzas políticas en el seno del legislativo, consecuencia de la expresión electoral del pueblo galo. El camino se ha allanado para el socialismo francés, una opción política que triunfó en las presidenciales llevando una mensaje alternativo para Francia y Europa que apuesta por algo sustantivamente diferente a la austeridad aun en boga en la Unión Europea. Hoy, el pueblo francés ha reafirmado esa decisión. El socialismo francés tiene hoy no solo la palabra, sino también el margen de la libertad de acción que todo proyecto político requiere para concretarse. Pues el elector ha escogido la vía del socialismo.