Ségolène Royal inicia su cruce del desierto político en Francia

Pocos, o mejor dicho nadie hubiera pensado hace algo más de 5 años, cuando todo el porvenir político le sonreía, que Ségolène Royal, entonces candidata socialista a la Presidencia de la República en Francia, un día,  el 16 de junio de 2012, lejano para aquel momento, sería derrotada en su circunscripción electoral de La Rochela y se viera por lo tanto obligada a alejarse por mandato popular de la Asamblea Nacional. La verdad para ser sincero: nadie. Y no exageramos si decimos que incluso hasta hace unos días muy pocos hubiesen sido lo suficientemente osados para sostener que este domingo sería uno negro para una mujer que ha consagrado su vida a la conquista del poder político al más alto nivel.

Nadie, salvo el disidente socialista Olivier Falorni, claro está, quien con el apoyo de la derecha derrotó este domingo, al obtener el 62,97 por ciento de los votos, a la ex pareja y madre de los cuatro hijos del ahora presidente francés, François Hollande. Nadie, salvo también, al parecer, la actual pareja del presidente galo, Valérie Trierweiler, cuya cuenta de Twitter poco después de conocidos los resultados de la primera vuelta de estas legislativas sirvió de vitrina para la exposición de algunas palabras de aliento para quien hoy es considerado un “traidor” del socialismo en Francia, pues este no escatimó aliarse con la derecha para derrotar a la candidata oficial del Partido Socialista.

De poco o nada valieron las palabras del presidente francés. Poco o nada tampoco las de la Primera Secretaria del PS, Martine Aubry, quien ante cámaras de la televisión francesa, poco después de conocidos los resultados, se negó a intercambiar puntos de vista con un Olivier Falorni que apelaba al reconocimiento de la decisión popular. De poco o nada las declaraciones de la primera dama francesa, quien señaló tratando de tomar distancia con lo sucedido que su cuenta Twitter había sido pirateada... La suerte estaba echada, Ségolène Royal, este tercer domingo de junio, tendría que morder el polvo de la derrota y en poco más de 5 años descender desde las cimas hacia el llano de la política francesa.

Hoy, Ségolène Royal, al obtener tan solo el 37.03 por ciento de los votos en su circunscripción, cerca de 5 por ciento más que en la primera vuelta, ha iniciado lo que podemos llamar su cruce del desierto político. Nadie tiene que afirmar ello, ella misma lo ha implícitamente reconocido al señalar que va a “reflexionar sobre la manera de servir a Francia y a los franceses”. Añadiendo que es una “mujer rebelde” y que va a “seguir avanzando porque tiene una voz fuerte y 25 años de compromiso político, con éxitos y derrotas que no (la) han debilitado": El equivalente al cruce del desierto, un camino largo que por lo tanto tendrá que proseguir para reencontrarse con la senda de un destino signado por grandes desafíos.

Pocas horas después de conocido el resultado de la elección legislativa en la 1era Circunscripción del Charente-Marítimo, Ségolène Royal, la mujer nacida hace 59 años en Dakar, para quien nada con lo que ha soñado a nivel público es ajeno a lo que su inteligencia y voluntad pueden permitirle conseguir, se confronta sola, más sola que nunca, ante su destino. U opta por marchar sola y sentar así nuevos cimientos de su proyecto político, o escoge otra forma de servir a su país. El golpe político ha sido duro, muy duro, brutal se puede afirmar. El tiempo se encargará de poner las cosas en su sitio y de mostrar si bregando en el desierto pudo rehacer y relanzar un proyecto político venido a menos como consecuencia de esta derrota electoral.