Somos un país minero pero nuestra deficiente democracia representada en gobernantes y políticos sedientos de poder en el pasado, han enriquecido solo a ciertos sectores o dirigentes para mantener al pueblo en su pobreza e ignorancia, ellos han hecho que la gran riqueza minera de nuestro país en lugar de beneficiar y desarrollar a las regiones solo haya dejado una amarga experiencia de pobreza socioeconómica, salud y ambiental.
Pero, somos un país minero con una riqueza que aun puede ser aprovechada para nuestro desarrollo, para convertirnos en aquellas potencias que tanto admiramos y deseamos vivir , tal como lo han demostrado la cantidad de peruanos que trabajan en el exterior en países con menos recursos pero han sabido convertirse en verdaderas potencias.
Somos un país minero, nuestra riqueza radica en la variedad de nuestros minerales, que siendo bien aprovechados utilizando la tecnología que hoy tenemos a disposición, podemos demostrar al mundo que los peruanos somos capaces de tener un sector minero moderno, progresista, respetuoso del ecosistema, cumpliendo los estándares de protección al medio ambiente.
Somos un país minero, no podemos dejarnos caer en el resentimiento del pasado, no podemos seguir renegando de experiencias trágicas o de gobiernos nefastos e indiferentes, ello más bien nos debe servir para ser nosotros mismos los controladores del buen funcionamiento de este sector. Es momento de avanzar pensando con sensatez.
Ahora cuenta salvar lo que aun nos queda, reclamando y exigiendo que ahora el gobierno haga las concesiones adecuadas con miras al desarrollo de los pueblos, con leyes tributarias que antepongan intereses nacionales a los extranjeros.
El respeto a nuestro planeta ha generado a nivel mundial, controles y lineamientos para mantener y preservar nuestro medio ambiente.
La nueva tecnología nos ha puesto de manifiesto que es posible preservar el agua y aun mejorar el abastecimiento si se siguen los procesos en forma racional.
No es la intransigencia de decir no va, dejando que las pocas riquezas que aún nos quedan lleguen a enriquecer a personas inescrupulosas que buscan el enfrentamiento, y el caos para su beneficio.
Somos un país minero, agrícola, ganadero, tenemos una riqueza natural envidiable, pero nos falta aquella riqueza humana para aprovechar nuestros recursos, concertando, dialogando, poniendo nuestra mejor disposición a dejar de ser el país acostumbrado a recibir dadivas o donaciones de otras potencias con menos recursos naturales que nosotros.
Dejemos de ser los mendigos extendiendo la mano, mientras el banco de oro es carcomido por el egoísmo, la discordia, el resentimiento e intereses particulares, generado y aprovechado por otros.
¡CONGA VA!