Aunque el caso es antiguo no deja de sorprender. Las fotos fueron tomadas en Rumania en el año 1946.
En ellas se puede apreciar a un pequeño oso dando unos masajes relajantes a una mujer, para aliviar los dolores de espalda que tenia.
Bajo la supervisión de su dueño y atado a una cuerda el animal se posa en la columna de la mujer para crear presión y aliviar los dolores.
Se pone de pie y se acuesta sobre ella en repetidas veces. Un masajista muy peculiar que sabe su trabajo o al menos sigue muy bien su entrenamiento. Aún así no deja de ser una práctica peligrosa.