Por la democracia: asilo político a Assange

En 2010 WikiLeaks filtró miles de documentos clasificados de los Estados Unidos, documentos que resultaron ser un valioso aporte para el mundo. Unos documentos capaces de mostrarnos (en palabras de Chomsky) el profundo odio a la democracia que tiene el Estado norteamericano.

Ese mismo año, Julian Assange, principal fundador de WikiLeaks, era invitado a dar una conferencia en Estocolmo (Suecia). Unas semanas después dos mujeres suecas lo denunciaban por violación y agresiones sexuales. Las denunciantes alegaron que aunque las dos hubiesen tenido relaciones sexuales consentidas, en el caso de una, Assange no usó preservativo sin consultárselo. En el caso de la otra, Assange habría forzado tener relaciones sexuales por segunda vez con ella después de levantarse juntos en la cama.

En 2010 Assange era arrestado por las autoridades británicas, quienes después de una millonaria fianza le concedieron el arresto domiciliario. Assange ha ido apelando en contra de una extradición a tierras suecas durante estos años. La semana pasada, la Corte Suprema británica denegó su última apelación y anunció que para el 7 de julio él ya debería estar en Suecia, a menos de que la Corte Europea de Derechos Humanos interviniera en su favor, caso ciertamente improbable.

El martes pasado, el fundador de WikiLeaks se saltó su arresto domiciliario y acudió a la Embajada de Ecuador en Londres, donde aún se encuentra refugiado. Ha solicitado asilo político a nuestro país vecino.

Julian Assange -al igual que su abogado y diversos expertos- asegura que EEUU pedirá su extradición en el momento en que pise Suecia. Su negativa a viajar a ese país estaría relacionada con el secreto a voces de que EEUU presentará cargos contra él por espionaje, para con ello extraditarlo desde Estocolmo hacia Norteamérica y hundirlo (no por menos de 40 años) en alguna de sus cárceles.

La situación no tiene ni pies ni cabeza. No se han presentado cargos contra Assange. Lo único que tiene la justicia sueca son acusaciones. La exigencia de que vaya a Suecia es simplemente para que responda a algunas preguntas de la fiscal, con el fin de determinar si se presentan cargos o no. Estas preguntas podrían ser respondidas perfectamente desde Londres, donde Assange se encuentra. Sin embargo, la fiscalía sueca parece no estar de acuerdo, aduciendo “cuestiones técnicas”. Ninguna lógica.

Lo que se estaría fraguando es una encerrona orquestada por EEUU y las buenas relaciones que tiene con Suecia. El país de Britney Spears no quiere dejar suelto a quien desafió su poderío y buscará encarcelarlo como forma de prevenir a cualquiera que intentase hacer lo mismo. Por ello usará todas sus tretas para forzar a que el presidente Correa no le conceda el asilo político. Dentro de poco el congreso de EEUU deberá aprobar la extensión de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (Atpdea) que tiene con Ecuador. Esta podría ser una buena forma de forzar a que este país deniegue la petición de Assange.

Ya diferentes personalidades del mundo académico y político mundial están preparando una carta en la que piden al presidente Correa dar cobertura y protección a quien consideran que es uno de los héroes del siglo XXI.

Esperemos que por el bien de la democracia esto llegue a buen término, y que el presidente de nuestro país vecino encuentre la forma de esquivar las armas del Imperio Estadounidense. No obstante, no será tarea fácil. Además del apoyo de diversas celebridades de la intelectualidad mundial, será necesaria una presión social que dé legitimidad a la posible decisión de concesión de asilo político a Assange. Igualmente, si esto sucediese, el gobierno ecuatoriano tendrá que vérselas con las autoridades británicas, que aseguran que frente a cualquier intento de huida de Assange, este será detenido por haber incumplido sus condiciones de fianza. Menuda odisea (Con información de Diario 16).