El Presidente Fernando Lugo acaba de someterse a la decisión del senado paraguayo, aunque denuncia que su destitución es un acto arbitrario y vergonzozo. Ha insinuado también, la mano negra del narcotráfico y de grupos que lo obstaculizaron en su gestión.
Ha pedido que no se coapte la libertad de expresión de los paraguayos.
Tres conclusiones :
1- El Presidente no tiene fuerza social y política organizada e institucional para resistir el golpe parlamentario. No cuenta con la lealtad de las FFAA y tiene en contra a la Iglesia. Su apoyo institucional es del exterior, de los países miembros del UNASUR.
2- En Paraguay no hay reelección presidencial. El año pasado el ala izquierda del bloque Luguista, intentó promover una reforma constitucional para reelegir a Lugo, pero no hubo mayoría congresal. No queda claro si la destitución inhabilita Fernando Lugo a para presentarse de candidato dentro de nueve meses. Ello implicaría interpretación constitucional. Pero el nuevo gobierno de Federico Franco, lo puede impedir.
3- El UNASUR deberá adoptar las mediadas adecuadas, lo mismo que el Mercosur a través del acuerdo Ushuaia II. El Gobierno de Franco debe quedar aislado y solo aplicarse sanciones draconianas si hay represión a la movilización del pueblo paraguayo contra el golpismo.
Debe investigarse internacionalmente la denuncia del Presidente Lugo sobre la actuación del narcotráfico en esta crisis.