Jueves 16 de mayo 2024 | Contáctenos
No entiendo los motivos por los cuales a ciertas personas les cuesta tanto decir NO.
No, gracias, no compro al crédito.
No, señor, yo no garantizo a nadie ante el banco.
No recomiendo a persona sin antes conocerlas.
No firmo papeles en blanco a nadie.
No comparto luz, señal de cable o Internet sin conocimiento de la compañía.
No deseo adquirir ese producto novedoso sin etiquetas ni recibos.
No presto dinero sin aval ni documentos que acrediten la deuda.
No pongo a terceros en planilla para darles una manito sin que sea mi trabajador.
No firmo el contrato sin haber leído todas sus hojas previamente, incluso la letra chiquita.
No creo en promesas sin sustento legal y ante notario público.
No presto o alquilo parte de mi casa sin un documento que así lo acredite.
No construyo en casa ajena si no he adquirido previamente los aires debidamente independizados.
No firmo hijos o deudas que no son mías. No asumo obligaciones que no podré honrar.
No libero de responsabilidades a los directamente obligados, porque no soy un héroe para asumir errores ajenos.
No me conformo con migajas, pero tampoco pido lo imposible.
No lloro ante terceros.
No busco compasión.
No compro celulares en la Cachina, ni de bajadita.
No carruseleo las tarjetas de crédito para terminar ahogado en deudas.
No doy anticipos de legítima a mis hijos sin antes otorgarme usufructo vitalicio ante notario público.
Cuando tu corazón y tu bolsillo te dice NO, debemos aprender a comunicarlo sin ningún temor.
Negarse a tiempo le evitará no solo angustias, sino ser víctima de alguna posible estafa, deudas que jamás pensó contraer y que a la larga podrían ocasionar pérdidas irrecuperables e interminables angustias que no merece.
La frase “Es que es mi amigo y no podía negarme” es un lamento que suena repetidas veces con amargura y arrepentimiento.
NO RENUNCIE a su tranquilidad por hacer un favor. Denuncie, reclame, exija y haga valer sus derechos (Con información de Diario 16).
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