Mazán, la hidroeléctrica sin fin

Hay muchísimos loretanos bienintencionados que saltan de entusiasmo cuando la propaganda política les dice que dentro de poco se va a construir una central hidroeléctrica en el río Mazán, afluente del río Napo, una cuenca ubicada a unos cuantos kilómetros de Iquitos, la capital regional. Lo que no saben es que en 1986 (hace más de 25 años), la entonces CORDELORETO realizó con el concurso de técnicos canadienses una evaluación preliminar de las posibilidades de generación eléctrica en el río Mazán utilizando tecnología de punta. Recuerdo que para ello se contó con el apoyo del empresario Stanislaw Tyminski, un polaco-peruano-canadiense fundador de la primera empresa de cable de Iquitos y excandidato presidencial en Polonia; así como de la FAP para el reconocimiento aéreo. Durante quince días revisaron información diversa, origen, caudal del río, velocidad de corriente, caída, potencial energético, entre otros.

El resultado de dicha evaluación arrojó que en época de mayor creciente las aguas del río Mazán podrían generar 5 MW y en estiaje unos 2 MW. La demanda de energía eléctrica de Iquitos en ese entonces si no me equivoco era de 10 a 12 MW. En conclusión: el proyecto de la central hidroeléctrica en Mazán no era factible, no sólo porque requeriría una cuantiosa inversión, sino porque era indiscutible que no solucionaría la demanda eléctrica de Iquitos de ese momento y menos la de los años venideros. La recomendación fue que deberían buscarse otras alternativas para solucionar el problema energético de Iquitos y de la región en su conjunto. Precisamente por ello no sé con qué criterio y sobre la base de qué se ha calculado que la potencia instalada de una probable central hidroeléctrica en esta zona sería de 150 MW, más aún si la caída del río Mazán en su punto máximo es de 6.20 metros según lo consigna el Ministerio de Energía y Minas en su “Portafolio de Proyectos de Generación y Transmisión en el SEIN” del año 2008. ¿Quién ha calculado el potencial?. Díganme. ¿De dónde ha salido esa cifra? ¿Alguien puede decirnos?.

Por otro lado, hay algo que llama la atención. Es el hecho de que existe una voluminosa cantidad de estudios que se iniciaron y que nunca se llegaron a concluir, excepto el que he apuntado líneas arriba. Así, en abril de 2007 mediante Resolución Ministerial N° 165-2007 del Ministerio de Energía y Minas se otorgó una concesión temporal a la empresa Iquitos Hepp S.A. con un presupuesto para el desarrollo de los estudios de 1’059,725 dólares. Luego, en mayo de 2008, por Resolución Ministerial N° 206-2008 del mencionado Ministerio se entregó una concesión temporal a Electro Oriente S.A. para el desarrollo de estudios a nivel de factibilidad con un monto de 4’186,920 soles. Esta empresa a su vez, a punto de vencerse el plazo de la concesión, en mayo de 2010, convocó a un proceso de selección para la contratación del servicio de consultoría de elaboración del estudio de pre-inversión a nivel de perfil del proyecto por un monto referencial de 349,157 soles con IGV. Hoy sabemos que eso quedó en nada.

Más recientemente, la cuadragésima quinta disposición de la Ley 29812 de Presupuesto del Sector Público para el año 2012 dispone una transferencia del Ministerio de Energía y Minas, -en un plazo que no exceda del 30 de marzo-, por un monto de cinco millones de soles a favor del Gobierno Regional de Loreto para financiar los estudios de pre-inversión del dichoso proyecto. Este mismo dispositivo faculta al Gobierno Regional a otorgar en concesión el proyecto en el marco del Decreto Legislativo 1012 – Ley Marco de Asociaciones Público- Privadas. Es decir, como en el caso del afamado tren Iquitos- Yurimaguas, no importa si se hace o no la obra, si existen o no inversionistas privados dispuestos a exponer sus capitales en una aventura en la que no está claramente definida la relación costo-beneficio. Lo que importa es que se haga el estudio sí o sí, o sea lo que importa es que la plata destinada a los estudios se gaste. Pregunto: ¿No fue acaso la imposibilidad de demostrar que el proyecto tiene efectivamente los 150 MW de potencial eléctrico lo que ha hecho que los estudios siempre hayan quedado a medio camino?. Solo pregunto.

Sin embargo, la cerecita en la torta en este mejunje la encontramos en el Acuerdo de Consejo Regional N° 028-2012-SO-GRL del 10 de febrero último que en uno de sus considerandos señala que en el primer bimestre de este año 2012 se deben transferir por cualquier fuente de financiamiento con cargo a los saldos no utilizados o a los créditos presupuestarios aprobados la suma de S/. 6’432,000 para cubrir el 100% de necesidades de corto plazo del proyecto. ¿Cómo es esto? ¿Eso significa que a los S/. 5’000,000 que el gobierno central a través de la Ley 29812 entrega para los estudios hay que agregar S/. 6’432,000 para las “necesidades de corto plazo del proyecto”? ¿Y cuáles son esas “necesidades de corto plazo” que requieren de un gasto de esa magnitud entre enero y febrero? ¿Ya se hizo el gasto? ¿En que se gastó? ¿Y el dinero para los estudios ya se recibió? ¿Hay que sumar ambos montos?.

Son preguntas que las formulo en el ejercicio legítimo de mi ciudadanía. No he tocado aquí los temas de rentabilidad económica y de impacto ambiental que puede originar una central hidroeléctrica en el río Mazán, una cuenca cuya vulnerabilidad ha sido un factor central para descartarla como una hidrovía comercial, y al ser así, menos podría ser considerada para una central hidroeléctrica. Espero tratar estos aspectos en otra oportunidad recurriendo a la pluralidad de este diario. Mi conclusión es que a la fecha nuestra principal alternativa sigue siendo la interconexión al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) que está en marcha.

Si al leer mi opinión sobre este tema algunos piensan o crean que parezco o soy un aguafiestas, no hay problema. Decir las cosas como son nunca ha sido grato para nadie ni aquí ni en ninguna parte del mundo. Soy un hombre que sueña con el futuro de Loreto y pugna por su grandeza, sabemos que eso pasa por la construcción de megaproyectos de infraestructura que aseguren articulación vial, seguridad energética y competitividad regional. No obstante, ello no implica, en modo alguno, que hagamos mutis frente a los despropósitos que, en nombre de las bellas ilusiones que todos tenemos, cometen o quieren cometer quienes no han entendido hasta hoy que gobernar es, entre muchos otros aspectos, utilizar eficiente y transparentemente los recursos financieros del Estado peruano.