Ministerio de Educación comparte temas y experiencias para construcción de lenguaje común en interculturalidad

En el marco de las políticas de integración nacional y el reconocimiento de nuestra diversidad, la Dirección General de Educación Intercultural Bilingüe y Rural (DIGEIBIR), dio inicio al ciclo de reuniones denominado “Viernes Interculturales”, en el que participan especialistas y funcionarios del Ministerio de Educación.

Elena Burga, directora de DIGEIBIR, precisó que se trata de debatir y llegar a consensos sobre la implementación de estrategias para que el enfoque intercultural en educación, que promueve el sector, se materialice en el trabajo, en las propuestas pedagógicas y en todo lo que produce el Ministerio.

Indicó que la Ley de Educación promulgada el 2003, establece que la interculturalidad es uno de los principios rectores del sistema educativo y debe aplicarse tanto en zonas rurales como urbanas. Por ello, dijo, necesitamos construir propuestas mucho más pertinentes a los distintos tipos de población que tenemos. Se ha avanzado bastante, pero falta muchísimo por hacer, señaló la funcionaria de Educación.

Esfuerzo conjunto para un objetivo común

Qeswachaca o Puente de Ichu, es un ejemplo de tradición y cultura incaica que mantienen vivas las comunidades andinas de la sierra, la cual, sin embargo, es casi desconocida por la población urbana. Pudimos conocerla a través de un documental producido por DIGEIBIR.

Esta actividad congrega, cada año en el mes de junio, a más de dos mil pobladores de las comunidades de Qewe, Openqaro, Collama Qewe y Huinchiri quienes, dando ejemplo de esfuerzo conjunto para el logro de un objetivo común, entrelazan sus fuerzas de manera muy organizada para la construcción de un puente que une las regiones de Cusco y Apurímac.

Tanto hombres como mujeres realizan el trabajo durante tres días, tiempo record en ingeniería, para la construcción e instalación de un puente.

Los comuneros comienzan su labor cosechando grandes volúmenes de ichu, que luego chancan y humedecen para suavizarlo y hacerlo más flexible. Con esta materia prima, tejen 25 mil metros de soguilla muy delgada, la misma que a su vez se utiliza para volver a tejer seis sogas grandes y gruesas que serán las bases y soportes laterales del puente. Además del Ichu, se utiliza cuero de ganado para fijar los amarres.

Para esta labor no se realizan transacciones comerciales ni pago alguno por las horas de trabajo. Todo se hace en bien de la comunidad. Similares jornadas comunitarias se desarrollan en cuatro zonas del Perú andino.

El Qeswachaca de Cusco y Apurímac se ha convertido también en atractivo turístico, pues cada vez concita la participación de mayor número de visitantes nacionales y extranjeros.