Las cosas salen hoy a las patadas. Conga va con muertos y acuerdos a imponer. ¿Puede una mina trabajar con hostilidad alrededor, señor Roque Benavides? Las minas nunca han beneficiado a las comunidades. ¿Por qué ahora sí? ¿Quién y qué lo garantiza? Valdés, cuya mano dura enciende paralizaciones, pasiones y rencores, no garantiza futuro. Menos cuando la factura debe pagarla Humala con sus indecisiones e incertidumbres que lo confinan al inmovilismo ¿Vale la pena o le sale caro este premier? ¿Es político un actuar novato pisando el palito de los revoltosos? ¿Hay cerebro o bilis? Ollanta acusa a Santos de ser gente ideologizada, fundamentalista, comunista. Si los conoce bien, como es el caso, a qué tanto padecer en afrontarlos democráticamente.
No estamos en un gobierno de premierato, como en la Inglaterra de Churchill detentando el poder sobre la reina. Nada avala la verticalidad de un gobierno donde el primer Ministro haya empleado –equivocadamente– la razón de la fuerza en vez de la fuerza de la razón. Su método paternal, de pata, y dictatorial se ha confundido con firmeza y orden. No se puede dialogar tras que a balazos se deja muertos y resentimientos de por medio. No hay condiciones para que siga al frente. Exacerbará los ánimos adelante.
Ollanta está llamado a ir a Cajamarca a desinflar a Santos. Porque él ofreció agua y oro a la gente. Debe escuchar y dar explicaciones como quieren los cajamarquinos. En otras circunstancias, la gente entendería que la empresa y Benavides tienen que ganar sí o sí porque esa es la clara postura de la derecha a favor del poderoso. Porque ni Santos ni Valdés cambiarán de opinión respecto a sus posturas. Por lo que debieran irse los dos. Porque es una lucha de terquedades y rivalidades de quién ostenta más poder. Y así las cosas, nadie gana, pierde el Perú.
¿Qué tanto beneficia Conga al país? es la pregunta. Unos 3 mil millones al Estado. 1,300 millones al canon regional –si el MEF les da la plata– para 3 años que dura el trato. ¿Es suficiente? Hagamos las cosas bien hechas y bien explicadas ¿Quién garantiza que se cumplan los pactos?, ¿qué y cuánto le toca a los pobladores del agua y la megamina?, ¿cuántas escuelas, hospitales, medicinas, empleos permanentes le toca a la población urbana?, ¿qué cantidad de agua no contaminada y por cuánto tiempo les toca a los productores campesinos para cultivos, represas, y tecnología para la agroindustria?
Sin diálogo en y con los Gobiernos Regionales es imposible hacer democracia. Salvo se derogue la Constitución para borrarlos. Manda la ley darles importancia sin debilitarlos. El cambio empieza por ahí. Fujimori nunca dialogó porque fue un dictador con escuela y secuela. Si Humala no dialoga en directo con las regiones, no tiene objeto que ellas existan. Deja un vacío de poder geopolítico en poblaciones con celulares, internet y modernidad, gracias a esfuerzos propios. El Premier Valdés es el gobierno actual, uno que los peruanos no elegimos en las ánforas. Los votos no escogieron métodos dictatoriales. La factura de la confrontación será cara y repetible.
Publicado el 27 de junio de 2012 en el diario La Razón.