Un Puente de plata para Goyo Santos

Si es cierto que, tras varios meses de conflicto, se ha debilitado la posición política de Gregorio Santos en Cajamarca, lo mejor que podría hacer ahora el presidente Ollanta Humala es tender un puente de plata para ponerlo en el lado ganador.

El mensaje del sábado ratificó la voluntad del gobierno de sacar adelante el proyecto de Conga junto  con la aceptación de Newmont del peritaje internacional y las condiciones establecidas por el Presidente.

Como consecuencia de la protesta cajamarquina y la intención no bien comunicada del presidente Humala de adecuar Conga al nuevo esquema de relación de la minería con el ambiente y la comunidad, el proyecto ha cambiado con relación a su diseño original, generando una mayor inversión y un desfase de plazos que Newmont ha aceptado.

¿Cómo queda Santos luego de todo este proceso? Mirko Lauer sostiene en su columna de ayer en La República que, aunque su figura hacia lo nacional se ha empinado, su imagen ha perdido mucho porque esta depende ahora de su capacidad de armar bochinche.

En la misma dirección, Marco Sifuentes sostiene en el informe publicado también ayer en este diario, sobre quién manda a quién en el ‘Conga no va’, que aunque la imagen nacional de Santos ha crecido –incluyendo una aparición en las encuestas 2016 y una invalorable imitación de Carlos Álvarez–, su posición de diálogo cero podría llevarlo a la derrota.

Si ambas apreciaciones son correctas –y creo que es así–, lo peor que podría hacer el presidente Humala –quien también sale magullado del proceso– es golpear a Santos con comentarios como el que hizo el domingo de que “hay gente ideologizada que no quiere cambiar”.

Lo mejor que podría hacer el presidente Humala, en cambio, es tenderle un puente de plata a Santos, es decir, facilitarle su paso al lado de los ganadores, lo cual requiere un discurso suyo –y si es juntos en Palacio, tanto mejor– que reconozca la legitimidad de la desconfianza cajamarquina por los errores que la propia Newmont ha reconocido, lo cual se pretende cambiar, y que nada de lo que está ocurriendo ahora sería posible si no se hubiera producido la protesta cajamarquina.

Si lo hace, el presidente Ollanta Humala quedaría como un estadista que construye puentes en lugar de detonarlos, y podría salir victorioso generando, además, un relanzamiento de su relación con las regiones con las cuales se ha distanciado en los últimos meses.

Esto molestaría a la DBA, pero eso sería una buena noticia, ¿no?, pues ver al Presidente muy cercano a esta le hace bastante daño (Con información del diario La República).