Ganar y perder en Conga

Ollanta Humala ha perdido mucho con el conflicto de Conga. Si bien el asunto parece enrumbado hacia una solución, la contaminación político-social que se produjo por el camino le ha costado puntos. También ha perdido mucho Gregorio Santos. Si bien ha empinado su figura hacia lo nacional, ahora su imagen depende de su capacidad de armar bochinche.

En estas primeras horas del Conga va solo parece haber perdedores. La agitación cajamarquina se queda con una huelga fracasada. La empresa Yanacocha se compromete a costos mucho mayores y queda bajo unos reflectores fiscalizadores que no se van a apagar. El comercio cajamarquino ha acumulado unas pérdidas que nadie les va a reponer.

¿Ganadores? Los ecoactivistas han demostrado que las reglas ambientales del gobierno eran laxas y que la opinión de la ciudadanía.

Circundante a los proyectos importa. Los agitadores radicales han vuelto a confirmar que es posible incendiar la pradera antiextractivista, cuando menos por un cierto tiempo.

También han ganado puntos quienes, desde dentro y fuera del gobierno, postularon que el manejo de los tiempos y los argumentos podía lograr más que la mano dura como única salida a los impases. Es probable que esto se revele en la conformación de la parte humalista del próximo gabinete: negociadores en lugar de apaleadores.

¿Qué viene ahora? Sería ingenuo pensar que Conga resuelto y Espinar en diálogo marcan el fin de los conflictos de impacto nacional. Los sucesos del semestre han confirmado que los estallidos son políticos mucho más que ambientales. También que es posible hacerse de un nombre en la política local, y hasta nacional, sin ganar la batalla antiempresarial.

Quien más instalado parece para el post-Conga es Santos, quien no parece tener intención de dejarse arrinconar en su gestión cajamarquina, y anuncia una campaña de recolección de firmas para un referéndum constitucional. Es una fuga hacia adelante, pero podría servirle para distraer de los problemas administrativos que le esperan.

No es difícil imaginar a Santos buscando la reelección en el 2014 como candidato de una suerte de partido de la nueva constitución, en competencia con los partidos de Wilfredo Saavedra y Marcos Arana, en la izquierda, y uno de Luis Guerrero en el centro derecha. Aunque es probable que allí no termine la dispersión de un electorado zamaqueado.

Preparémonos, pues, para un sarpullido de candidaturas del conflicto para el 2014. Una suerte de versión recargada de las candidaturas antisistema que hemos visto hasta aquí. No necesariamente serán los ganadores de la jornada (no lo han sido en otras ocasiones), pero sin duda van a poner el suspenso de esas elecciones (Con información del diario La República).