Banner Tuvivienda
Martes 23 de abril 2024   |   Contáctenos
REDES SOCIALES
Domingo 01 de julio 2012

Denunciemos las medias verdades

Por: Jaime de Althaus.
Denunciemos las medias verdades
Foto: Referencial

Uno puede presentar la información de manera de ocultar lo que está ocurriendo e inducir a error respecto de las políticas a seguir. Es el arte de las medias verdades, que suelen ser más perjudiciales que las mentiras. A propósito de la presentación del informe de PAPEP-PNUD “Perú: Escenarios Prospectivos 2012 – 2016”, la representante del PNUD dijo en RPP que si bien el país ha crecido por encima del promedio de América Latina en los últimos 5 años, “hay una buena parte de la población que no se ha beneficiado, particularmente cerca del 30% que vive en situación de pobreza”. El mensaje implícito es que el modelo excluye, no alcanza a reducir la pobreza. Y, claro, el documento postula un escenario ideal futuro en el que el Estado abandone su rol subsidiario y “asuma un rol orientador y promotor en la economía”.

Pero lo novedoso, lo importante, no es que haya todavía un 27.8% de pobreza (esa es la cifra actual), sino que entre el 2004 y el 2011 ella haya caído ¡31 puntos! Por primera vez en la historia la pobreza se ha desplomado a más de la mitad (de 58.5% a 27.8%) en pocos (siete) años. Y gracias al crecimiento, no a los programas sociales. La pregunta no debería ser, entonces, cómo cambiamos el modelo que ha reducido de esa manera la pobreza, sino qué hizo que ella se redujera tan rápidamente, para impulsarlo o profundizarlo aun más.

Esta pregunta es la que responde Richard Webb en una fascinante investigación próxima a publicarse, sobre la revolución que se ha producido en los ingresos rurales en los últimos quince años. Mientras el ingreso de las familias rurales apenas creció 1.6% anual en todo el siglo XX, desde 1996 viene creciendo a 5.1% al año. Incluso el 20% más pobre entre los pobres rurales ha incrementado su ingreso real a una tasa anual de 6.1% entre el 2004 y el 2011. El jornal que se paga en las comunidades más pobres se ha multiplicado casi por tres en diez años. Y el valor de la vivienda en los pueblitos alejados, casi por cuatro.

Hay una acelerada integración al mercado. Webb revela datos verdaderamente sorprendentes. Desde 1993, por ejemplo, los pequeños pueblos rurales vienen creciendo demográficamente a una tasa mayor que Lima y las grandes ciudades, cuando antes era al revés. Se dinamiza la vida de los pequeños pueblos del interior. Es que en los últimos diez años se ha construido más kilómetros de caminos que en los 50 años anteriores y su mantenimiento se ha privatizado, a cargo de pequeñas empresas locales. Hay una explosión de la conectividad, potenciada aun mas por los celulares, que llegan ahora al 60% de las familias rurales. Se ha acercado la producción al mercado. La transferencia de recursos que ha traído la descentralización también habría jugado un papel.

Yo agregaría un factor: el nuevo modelo, al abolir el proteccionismo industrial, la inflación y los subsidios a los alimentos importados, redistribuyó ingresos de los sectores urbano-industriales y estatales a los consumidores y al campo, devolviéndole a este su mercado. Libertad económica, en suma.

En el 2001, un campesino se demoraba 13 horas en ir desde la capital de su distrito a la ciudad más cercana. El 2011, ese tiempo se había reducido a 5 horas.

Según el INEI, la pobreza extrema en el Perú se redujo de 16.2% el 2004, a 6.3% el 2011. Es decir, casi a la tercera parte. Algo sin precedentes.

Participa:
Valorar
Cargando...
COMENTARIOS
0 comentarios
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan