El índice inflacionario de los pobres

La política social actual tiene como eje incorporar al segmento poblacional excluido dentro de los beneficios del crecimiento económico. Los hogares pobres son los hogares excluidos. La medición estadística debe incorporar entonces la evolución de las variables que implican la inclusión social. Esto no sucede en la medición de la inflación. El resultado del comportamiento inflacionario, según el índice de precios al consumidor de Lima Metropolitana, por ejemplo, no representa el real impacto de los precios en los hogares pobres.

Para calcular la inflación, es decir el crecimiento general de los precios, se comparan los precios de cientos de productos agrupados en 8 grupos de consumo tales como alimentos y bebidas, vestido y calzado, muebles y enseres, etc. Cada grupo tiene una representatividad en el gasto del hogar. Actualmente la representatividad que tiene el gasto en alimentos y bebidas dentro del hogar es de sólo 26%. Este porcentaje es muy bajo para representar el consumo de los hogares pobres.

Un hogar pobre en Lima es aquel que tiene un gasto de aproximadamente 1.560 nuevos soles o menos. El 26% de esta cifra es 405 nuevos soles que dividido en 30 días, representa 13.50 por día. Esto es imposible. En el caso de los hogares de pobreza extrema, que es aquel que tiene un gasto mensual de 780 nuevos soles o menos, este 26% por mes implicaría un gasto en alimentos y bebidas dentro del hogar de 7 soles diarios. Esto es imposible también. Los indicadores estadísticos actuales son promedios de toda la población. De ninguna manera explican el comportamiento de los hogares excluidos. Hay que generar un índice inflacionario de los hogares pobres. (Ver más: iouap.blogspot.com).

Publicado el 01 de julio de 2012 en el diario La Razón.