Dice el doctor Ronald Schouten, profesor de psiquiatría de la Escuela Médica de la Universidad de Harvard y autor del libro "Almost a Psychopath" (Casi un psicópata).
que los casi psicópatas son individuos que no son criminales o asesinos y no han recibido un diagnóstico de psicópatas. Pero pueden llegar a causar más daño que los psicópatas diagnosticados. "Y pueden causar mucho daño por la forma en que son capaces de engañar y manipular a los demás", le explica el autor.
Afirma Schouten que la psicopatía, se caracteriza por la falta de empatía o remordimiento y por la continua violación de los derechos de los demás. Para un psicópata, los demás seres humanos son objetos que deben ser ignorados o utilizados para lograr la satisfacción de sus intereses. El casi psicópata presenta algunas de estas características y puede causar un enorme impacto emocional en sus víctimas. La línea fronteriza entre el psicópata y el casi psicópata es muy débil. Por eso puede terminar dañando sin que la víctima pueda presentir el peligro.
Si bien esta tesis no explica y menos justifica la conducta criminal de la imputada Elizabeth Espino procesada por el supuesto delito de parricidio, puede servir de reflexión para que una posible víctima de esta insanía adopte algunas medidas de seguridad frente a las personas que nos rodean. El criterio es el siguiente. En materia de trastornos mentales no se ha dicho todo con certeza. Las ciencias de la mente aún están luchando para confirmar los espacios más recónditos del universo cerebral del ser humano. Una hazaña médica. Las contradicciones del caso parecen indicar que se trata de una psicopatía y no de una casi psicopatía.
-- “Sí, nosotros la matamos. Estaba cansada de sus reglas, que haz esto, que haz lo otro, que no te juntes con ese chico. Nada le gustaba, nadie era perfecto, mientras que ella podía hacer todo después de que se separó de papá”. La Dirincri logró esta confesión inicial de la joven en febrero de 2010. Posteriormente, el fiscal acusó que Elizabeth Espino Vásquez presuntamente había matado a su madre por ambición a la herencia. En estos días la imputada ha cambiado su versión.
Espino es acusada como presunta autora del delito de parricidio en agravio de su propia madre, la abogada tributarista Elizabeth Esperanza Vásquez Marín. Por su parte, su ex enamorado, Fernando Gonzales Asenjo, que ya fue sentenciado a 28 años de cárcel y Jorge Eduardo Cornejo Ruiz aceptaron los cargos en su contra y se acogieron a la conclusión anticipada.
No se trataría del Complejo de Electra que definió Carl Jung. Según lo actuado hasta ahora, se deduce que la causa estructural se refiere más bien al trastorno de la personalidad conocido como psicopatía, mientras que el móvil del delito ha sido la ambición por el dinero de la herencia. No todas las psicópatas asesinan a sus madres; ni todas las ambiciosas deciden quitarle la vida a su progenitora.
Tipificación del delito
El parricidio -que es conocido como matricidio cuando lo comete una mujer- es un crimen que está volviéndose frecuente en la actualidad de nuestro país. Por eso debemos saber reconocer este delito. El parricidio se ve impulsado por situaciones delicadas o conflictivas dentro de las familias Otras de las causas más resaltantes es la ambición de obtener ilegalmente el beneficio económico, que antes del asesinato, correspondía al padre o la madre.
La herencia. La codicia por cobrar un seguro de vida, presunto móvil señalado por la fiscalía, es solo uno de los factores que llevó a esta joven a planear con sangre fría el homicidio contra su propia madre. No solo se trata de una ambición por la herencia. Si así fuera, todos los que esperan gozar del dinero de sus padres tendrían que convertirse en asesinos.
Este fenómeno inédito en el Perú motiva a reflexionar sobre las causas que llevan a los hijos al extremo de asesinar al ser que les dio la vida. Por primera vez en la historia criminal tenemos a cuatro matricidas, que se caracterizan por provenir de hogares con relaciones conflictivas. Todas gozaban de una cómoda situación económica, estudiaban en prestigiosas universidades privadas, y disponían de recursos suficientes para el deber y el placer.
Las posibles causas psicológicas
En las familias de padres separados, cuando uno de ellos, papá o mamá, se encuentra ausente físicamente o no satisface las necesidades emocionales de los hijos, especialmente el papá que representa la figura de autoridad, se puede afectar el desarrollo psicológico de los hijos. Sucede a veces que sola no puede afrontar los conflictos, generándose relaciones tensas que pueden desencadenar en desenlaces fatales, al extremo de cometer un homicidio.
La psicóloga Inés Arribillaga, que trabaja en talleres de madres e hijas, plantea diversas situaciones, a las que llama “malas historias”: a) El abandono, la ausencia o la indiferencia de la madre en forma permanente; b) La competencia constante con la hija; c) La intromisión constante en la vida de la hija; d) Los vínculos en que la madre vive a expensas de la hija; y e) La descalificación.
Revisemos el primer factor que se relaciona con el matricidio que comentamos. La ausencia o la indiferencia permanente de la madre, impiden la relación natural de afecto madre-hija; la intimidad, y la confianza, son vivencias personales decisivas en las primeras etapas de la vida. La personalidad se diferencia e individualiza. Si no hay madre, el amor familiar se deteriora y luego lo buscamos de manera traumática. Si no hay padre en el hogar, se produce una desviación de la conducta.
La crítica constante por exigencias en el desempeño escolar, inteligencia, belleza, amigos, conducta, entre otros puntos etc. provocadas por la insuficiente valoración personal de la madre que se proyecta en la hija, atrofia la autoestima de una joven, convirtiéndola en una persona insegura y desconfiada, que busca una salida para sus frustraciones. La psicopatía se convierte en modo de ser, sin que la enferma o su entorno tengan plena conciencia del fenómeno.
La psicóloga Gemma Cánovas, y autora del libro El oficio de ser madre, explica que "muchos choques entre madre-hija tienen un componente psicológico y social, la madre ve reflejada en la hija su propio ideal, existe el riesgo de que la madre quiera reparar a través de la hija ciertos conflictos propios (…) Los conflictos o fricciones pueden emerger en dos etapas: en la primera infancia, de tres a cinco años, y en la pubertad-adolescencia”.
Benjamín Franklin dijo: “de aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero”. Esta verdad se valida a cada momento. Algunas personas han perdido la dignidad, la libertad o la vida por dinero. La situación jurídica de Elizabeth Espino se ha agravado por las contradicciones en que ha incurrido en las últimas audiencias. Los principios de presunción de inocencia y de in dubio pro reo se han debilitado.