Los desafíos de la OMC

La reciente conferencia internacional convocada en Ginebra para celebrar el trigésimo aniversario del formal establecimiento de la Legal Affairs Division (la División de Asuntos Legales) del GATT (el Acuerdo Generalizado de Comercio y Aranceles), que continuó operando en la OMC (Organización Mundial del Comercio), fue una importante oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido por el régimen jurídico que regula el sistema comercial mundial durante las pasadas tres décadas y sobre los desafíos que deberá enfrentar en el no muy lejano futuro.

Fue también una oportunidad para rendir tributo al profesor John Jackson, cuya producción académica y trabajo tuvieron y tienen una influencia incuestionable en el desarrollo de ambas instituciones.

Si hay algo que ha marcado el desarrollo del comercio internacional en las últimas décadas ha sido la transición hacia un sistema gobernado por normas. No ha sido una transición fácil ciertamente en vista del innegable insumo político de las relaciones comerciales. Pero es igualmente innegable que el escenario en que hoy se mueven los flujos comerciales cada vez se parece menos a aquel que imperaba años atrás.

La reciente decisión de la OMC en contra de Estados Unidos en su disputa comercial atunera con México es apenas un ejemplo de los cientos de conflictos que hoy encuentran una solución dentro de un cauce jurídicamente aceptado por las partes. Un escenario que parecía muy distante y hasta utópico en el pasado, hoy en cambio difícilmente es puesto en tela de duda.

El lamentable empantanamiento de la ronda global de Doha ha afectado a dos de los tres cimientos del sistema de comercio internacional, es decir, el de las negociaciones y de la producción normativa. El tercero de esos elementos, esto es, el de la solución de controversias, en cambio, ha sufrido menos en la medida que las disputas comerciales que siguen presentándose se desarrollan a base de la normativa ya existente; y que lamentablemente es a menudo desconocida por los propios interesados.

La complejidad de los nuevos temas que comienzan a asociarse con la actividad comercial, y que van del cambio climático a la biotecnología, así como el ingreso de más y más actores a la OMC, incluyendo los gigantes de China y Rusia, van a poner a prueba a la cosmovisión de un comercio con el menor número de barreras posibles. A esto hay que sumarle la presencia cada vez más visible –junto a los estados– tanto de la sociedad civil organizada como de los propios empresarios afectados. Una tendencia que abona a la mayor transparencia de los procesos de decisión en cada uno de las tres áreas que hemos mencionado antes.

Reflexionando hacia atrás, todos los participantes en la conferencia coincidieron que probablemente el caso más crítico que ha tenido que enfrentar la OMC fue el del Ecuador en su “guerra del banano” durante los años noventa. Un triunfo diplomático y jurídico que prácticamente está perdido en la medida que nuestros competidores ya han asegurado importantes acuerdos bilaterales con la Unión Europea. (Fuente: El Universo de Ecuador)