Voluntarismo costoso en proyectos Talara y Gasoducto Sur

La necesidad gubernamental de exhibir logros se hace imperiosa más que nunca en la presente administración de la pareja Heredia-Humala. La razón es obvia, revertir la caída acelerada en los niveles de aprobación ciudadana que estamos observando. Los políticos tienen  como capital, la popularidad y cuando ésta comienza a ser esquiva, por más que lo nieguen, los afecta emocionalmente y buscan cambiar las tendencias.

A nombre de la futura inauguración, han comenzado a agotar la línea crediticia de la promesa, pues se está apostando por dos grandes proyectos: Modernización de Refinería Talara y Gasoducto Sur; que con un pronóstico objetivo, con la manera que se están manejando van camino a que la rotura de la botella de champagne se haga en la próxima gestión presidencial, es decir por uno de los hoy considerados, sin serlo, enemigos del régimen: Alan García o Keiko Fujimori; los “challenegers” de la banda presidencial.

Nadie en su sano juicio, en su interés por el país en general y las regiones en particular, puede estar en contra de los objetivos que se persiguen con la ejecución de estas obras. Tener una refinería modernizada y eficiente que permitiría costos de combustibles locales de mejores precios, que es lo que se lograría con el Proyecto Refinería Talara y dotar de gas natural a la macrorregión sur, que se trata de justificar con un gasoducto sur innecesario, pues hay otras formas muchas más económicas y con cargo a las cuentas de los privados, de conseguir el mismo fin.

Pero no solo está de por medio el tiempo en el que los emprendimientos  serían puestos en operación, lo que se está convirtiendo en algo lejano, sino la onerosidad para los magros recursos estatales. La pareja presidencial está siendo arrinconada con las promesas y expectativas que se han generado con la ejecución de los dos proyectos, de manera tal que al momento de definiciones del uso de fondos públicos, tenga que exigirse a los ministros de estado, la aprobación del uso irresponsable de la caja fiscal y de las líneas crediticias del estado, para honrar la palabra comprometida y  evitar conflictos adicionales a los que ya tiene. Los únicos ganadores serían constructores, banqueros, asesores y consultores; pues en una evaluación beneficio-costo económico y social el estado saldrá perdiendo. 

Hay oportunidad de revertir la situación sincerando plazos, costos y niveles de endeudamiento, solo así las decisiones serán acertadas, lejos de toda suspicacia y convenientes para el estado peruano.

En el caso del Proyecto Refinería Talara, partiendo de la premisa que la ingeniería se culmine en Julio de este año, lo cual ya tiene un componente de dilación aún no explicada; el logar determinar una cifra definida de construcción, demorará no menos de seis meses; salvo que haya la decisión de allanarse a las pretensiones del contratista o hacer un control laxo. Una actitud de este tipo significará para los firmantes, llámese gerentes, directivos o miembros de la junta de accionistas, proceso penal garantizado. Los señalamientos sobre los colegios emblemáticos, que se les hace hoy al ex Presidente Alan García y sus ministros,  quedarán como un inocuo cuento infantil ante un despropósito de esta naturaleza.

En cuanto al gasoducto sur la pareja gobernante debe armarse de valor y explicar a los cusqueños y residentes de la macroregión sur; que se puede tener gas en esos lugares sin necesidad de construir ductos, en menos de un año, sin asumir ningún costo para el fisco. Así las exigencias clamadas a voz en cuello por los funcionarios de la concesionaria Kuntur, serán entendidas como posiciones inaceptables.

Si por llamar la atención para evitar el malgasto de los recursos de todos los peruanos, con la alegría de una sevillana o de samba; habrá que soportar los embates de ataques rentados, acepto el reto, pues  en este tema que ya ha creado conciencia ciudadana, el pensamiento tendrá la fortaleza que describía brillantemente Alejandro Romualdo, en su coral a Túpac Amaru:

“Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Al tercer día de los sufrimientos, cuando se crea todo consumado, gritando: ¡libertad! Sobre la tierra, ha de volver.

Y no podrán matarlo”.