Yo recorto, tú recortas, ellos recortan

Es el verbo más conjugado de nuestros días y de los últimos tiempos. Todo apunta a que lo seguirá siendo en los próximos meses o años, a saber qué es lo que está pasando más allá de dónde nosotros, los ciudadanos de a pie, tenemos acceso. No se trata de una adivinanza, quizá en otros años de bonanza lo fuera para algunos, para la mayoría de los mortales estoy seguro de que no, pero ahora, en la actualidad, los excesos de unos cuantos los pagamos todos, como dice la sabiduría popular emanada  de la religión, ahora pagamos 'justos por pecadores'.

'Yo recorto, tú recortas, ellos recortan” no es solo el título de esta columna —que hoy inauguro con la mayor humildad, por cierto, y con la única y máxima expectativa de que les guste a los lectores de Diario JAEN o al menos no les desagrade— es una frase que no se queda solo en palabras, sino que se materializa en nuestros bolsillos, en los gastos corrientes de casa, de nuestro día a día, por supuesto, en el ocio, pero también, y de forma irremediable, se materializa en los estados de ánimo. Y es que esta situación crea una pesadumbre tremenda, una incertidumbre que se solapa a las mentes y casi diría que las enajena, y es que no es para menos. Pero por eso mismo, y ante esta situación, no podemos permitir que nos arrebaten lo que es nuestro, lo que nos alumbra cada día, y hace que la vida sea más fácil, más sencilla, más amable: la sonrisa. Hoy en día, sonreír a la vida resulta ser el mayor acto de rebeldía. Pero queridos lectores, qué quieren que les diga, yo me rebelo ante tanto recorte, tanta crisis y tanta pesadumbre. De una manera u otra, la mayoría de los colectivos sufrimos de forma acuciante esta situación de crisis.

El colectivo que más conozco, el mío, la Enfermería, está viendo cómo sus condiciones laborales retroceden de manera histórica, ya no solo con la reducción de su salario, una reducción que sumada a las anteriores, sitúa el descenso de los ingresos por mes trabajado en un 30 por ciento respecto a 2010. Y, como digo, no es solo lo económico, que bien saben ustedes lo importante  que es para el mantenimiento de una vida, de una casa, de una familia, de unos hijos, de sus estudios y de sus necesidades básicas, este “yo recorto, tú recortas, ellos recortan” nos lleva a todos los ciudadanos a ser usuarios de una Sanidad más empobrecida, de menor calidad, con menor número de profesionales, con condiciones laborales más precarias, sobreexplotados, con menos recursos. Ante esta situación, por supuesto que no voy a dejar de sonreír, no voy a dejar de ser rebelde, pero tampoco voy a permitir que nos tomen el pelo, que decidan por nosotros, que no nos sean sinceros y, por supuesto, no me voy a quedar callado ante injusticias tales como recortes sin sentido, cuando se podría recortar en otros asuntos que ya todos conocemos, y no en parcelas tan básicas y de tan primera necesidad como lo son, siempre a mi juicio, la Sanidad y también  la Educación.

Nota publicada en diariojaen.es