En los actos conmemorativos del 5 de Julio de 1811 en el que Venezuela firmó un acta para romper los lazos coloniales que existían entre la Capitanía General de Venezuela y el imperio español y que es catalogado como el día de nuestra Independencia, los venezolanos reconocemos una importante gesta gloriosa e histórica, que nos dio gentilicio, dignidad, orgullo, razonamiento propio y libertad para escoger el camino a seguir como República.
Pero doscientos y un años después nos encontramos encadenados entre las hiedras de un discurso manipulador y venenoso por la interpretación que hace el Presidente y actual candidato de una propuesta comunista a ser instaurada en nuestro país, sobre esta gesta emancipadora, con el fin de dividirnos y confrontarnos sobre quienes somos en realidad los garantes de llevar ese gentilicio y quienes los traidores, despotricando en su intención a verdaderos patriotas como Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, Santiago Mariño, Manuel Piar, Carlos Soublette, Rafael Urdaneta y el propio Simón Bolívar, quienes batallaron para que la posteridad del país fuera libre y no se dilapidaran y difuminaran sus riquezas bajo el albedrío de un solo hombre que evangeliza una ideología persecutoria, expropiadora y opresora.
Chávez volvió a amenazar con las armas de una FANB revolucionaria y acusar de "burgués" a quienes piensan distinto y están dispuestos a usar el arma de su voto democrático contra un régimen castrador de libertades y abusador en el uso y manejo de los recursos. "Independencia o nada", dijo.
El Presidente asoma la necesidad de una nueva independencia liderada por su magnanimidad de estadista geopolítico e histórico y advierte al soldado desguarnecido en cuarteles abandonados, de que existe un país de traidores dispuestos a atacarlo sino se suma a sus intereses. ¿De qué independencia se siente protagonista el presidente Chávez si prácticamente está acabando con los emprendedores y productores del país y ha constituido una nueva clase de riqueza chavista basada en un intermediario que importa y coloca, destruyendo la soberanía económica venezolana?
Cómo se puede llamar apátrida a venezolanos que se sienten indignados con el financiamiento de empresas e industrias en Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, así como proyectos para la instalación de grandes plantas eléctricas, construcción de casas, estadios y centros deportivos, patrullas y equipos para combatir el hampa en otros países por el orden de 1.510.396.350,67 millones de dólares (Bs.3.556.126.310,00) a través del Bandes, lo que corresponde casi al 25% de las reservas internacionales operativas. Los principales beneficiados de las donaciones son Cuba, Nicaragua, Ecuador, Paraguay, Bolivia, India, entre otros, que hasta el momento no han cancelado los préstamos.
Cómo se puede dilapidar tal cantidad de recursos en nombre de un liderazgo geopolítico que pretende proyectar en su grandeza hacia otros países a la figura del actual Presidente venezolano y su proyecto revolucionario, cuando el país no ha reparado en su miseria y marginalidad, cuando la inseguridad mata a nuestros familiares y amigos en cada esquina, cuando las cárceles están convertidas en infiernos infrahumanos, las escuelas y los cuarteles se caen por dentro, la inflación nos arrastra a una incesante destrucción de la clase media, y los apagones y los chips de gasolina se convierten en la única respuesta de un Gobierno mediocre y alterado en sus propósitos.
"Médicos cubanos, fusiles rusos, carros iraníes, casas bielorrusas, gasolina de Brasil, pollos brasileños y satélites chinos, feliz día de la independencia", recogía un tuit que evidenciaba como nunca una gran verdad en medio del teatro del pasado 5 de julio, que nunca se ha perdido tanta independencia como en estos últimos 14 años.