El Gobierno ha enviado a Cajamarca a dos facilitadores del diálogo, uno oficial, monseñor Miguel Cabrejos y uno oficioso, el Padre Gastón Garatea. De esta manera se está disparando en el pie, debido a que ambos clérigos son propulsores de la Teología de la Liberación y si los ponemos en la balanza, serán proclives a Santos, Saavedra y Arana y a todos a quienes les han lavado el cerebro.
“Por sus frutos los conoceréis”, dice San Mateo y esperemos que por el bien del país la confianza brindada por el Ejecutivo a Cabrejos, no sea defraudada. Pero ya me causa suspicacia el hecho de hacer pública una conferencia de ambos sacerdotes con los opositores a Conga, para que lleve al Gobierno sus demandas.
Es conocido que toda negociación cuanto más discreta es más exitosa. Y “en fa” ambos clérigos fueron utilizados ante los periodistas para toda una verborrea antiConga: ”Conga no va ahora ni nunca”, rumiaron.
¿Y qué van a trasmitir a Palacio de Gobierno? Lo que ya sabemos, la plataforma política de Santos, la anti minería. Y dentro de una semana, cuando los curitas vuelvan a Cajamarca, ¿Van a comunicar qué? ¿Palacio responderá a las demandas quiméricas exigidas por Santos?
Solo veo en el horizonte oscuridad. Santos habrá ganado tiempo. La inversión minera se habrá retrasado. Y el país habrá perdido, porque los dos clérigos –que no representan a la Iglesia como institución, aunque así se percibirá- dejarán al Gobierno en offside.
*Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera. Analista internacional.
Publicado en el diario La Razón, el 11 de julio de 2012.