Hay maltrato y falta de empleo

Ojalá los sacerdotes encuentren verdad en nuestro país incierto. De arriba no se ve desgobierno o improvisación. Deseamos descubran lo que hay de común en los corazones peruanos. El maltrato a los peruanos crece de todos lados. Partidos, autoridades, inversionistas y excandidatos presidenciales no prestan oídos al aturdido presente. Solo imposición de obstinados intereses económicos y políticos. El gobierno de los funcionarios acoge su verdad y no las iniciativas poblacionales.

Los amigos o la suerte del país. Los métodos de Ollanta son improductivos. Valdés reconoce no tener preparación ni gente que logre marcha de país. Rodeado de escoria en este y anteriores gobiernos, admite ausencia de comunicación y experiencia como destreza en el manejo del Ejecutivo, Congreso y gobiernos regionales y locales. En vez de gobernarlos, los implica y complica. La votación peruana busca al candidato. No bastan los entusiasmos o reuniones. La gestión Valdés se atascó en el capricho de la pareja presidencial. Castañeda, un técnico de eficientes hombres y equipos para afinar las administraciones, no habría correspondido. Hay carroñas o argollas que incomunican el poder y no dejan pasar a los profesionales que el Perú necesita. No funciona la atención privada ni pública, ni el teléfono. Invisible es el señor buscado. No acogen planes propuestos. Son barreras insalvables entre el ciudadano y el poder. No hay soluciones o no se acogen. ¿Hay mano negra para desangrar a Humala? Pero ¿acaso importa? ¿No se advierte que matan al país? Lo saben con nauseabunda irresponsabilidad. Y gana Chile. ¿Nos hacen la guerra o basta comprarnos? A quién le importa. No hay empleo digno y sostenido. El cómo de la comunicación, la capacitación, organización y las metas sostenibles las dan los empleos, las partidas y las metas. La gente capaz quiere comunicarse con el gobierno por empleo. No se da. Porque es el tema que solucionará el problema de las familias peruanas. El trabajo, incluyendo Conga. Y la autoestima de los peruanos maltratados en nuestro territorio. Solo del trabajo respetable vive la familia peruana. Sin eso, no hay país válido. Vienen empresas de afuera buscando y creando el cholo barato en empresas mal puestas al que pagan una miseria explotando horarios y trabajos de casi 20 horas como a inicios de la revolución industrial.

Existe una esclavitud moderna. No pagan el seguro social aumentando la indigencia en la jubilación, un anticipo mortal. Empresarios propios y extraños de todo pelaje, inhumano y ambicioso, sostienen y apuestan por la explotación laboral. Sueldos miserables y depresión. Miles de jóvenes profesionales ganan solo mil soles en bancos y centros comerciales. Hay tuberculosis. Ausentes industrias y Agroindustria y por eso no exportamos materias elaboradas. País de vendedores y mineras. Aumentan maltratos desconociendo pagos, sobretiempos, horarios abusivos y sin descansos. Crece gula de ganancias entre inversionistas despreciables. ¿Cómo van a sostener los mal pagados un seguro social digno para una vejez tan pobre como la de los actuales pensionistas? Una doméstica gana más que los profesionales. ¿Dónde los alicientes? Señora Blondet, favor desarrolle estas encuestas y estadísticas.

Publicado el 11 de julio de 2012 en el diario La Razón.