[México] Calderón y Obrador en el pasado; Peña en el futuro

Es difícil encontrar a alguien que pudiera sentirse sorprendido por la conducta de López Obrador. Su constancia en la búsqueda del conflicto ha sido ejemplar. Seguramente en las escuelas primarias ya se les enseña a los escolares un silogismo lineal conocido como Bár ba ra que actualizado será:

Los hombres cometen ardides; López Obrador es hombre, ergo López Obrador recurre al engaño.

Lo supimos siempre, no importó que firmara socarronamente los acuerdos de respeto a los resultados comiciales y más aún cuando desde el 13 de julio pasado comenzó a decir que era víctima de la guerra sucia y pronto,  la indecencia subiría hasta el fraude. Era el prólogo que primero recorrería las inexistentes causales impresas en la Ley del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral: a) irregularidades comprobadas en el 25% de las casillas electorales; b) Falta de instalación del 25% de las casillas y consecuentemente la votación no se hubiese realizado y c) cuando el candidato ganador resultara inelegible (nacido en Bagdad por ejemplo).

Como no se dan ninguna de esas causales, hubo que recurrir a las que pudieran formar una nulidad general. De ahí el montaje en las tiendas Soriana con tarjetas que son de descuento y de fidelidad con la CTM, con el rechazo total de los directivos de esos negocios a aceptar componendas.

Hubo que recurrir a la fórmula de compra de votos que alcanzan números enormes y que López Obrador, en sus cuentas particulares, lo estima en cinco millones de personas sometidas a las dádivas o al dinero. Dinero que, eventualmente, pudiera venir del narcotráfico, de los giros negros o de la mafia.

No hay duda, habrá que revivir el pasado y el presidente legítimo se reelegirá.

Por su parte, apenas en la noche del primero de julio el presidente Calderón felicitaba al ganador de la contienda Enrique Peña. Solo días más tarde, infectado por la cómoda toxina de la trampa y el engaño, mismo  que  hace seis años a él lo hacía padecer, Felipe Calderón declaró el miércoles pasado: “…cada vez asoman más evidencias de la compra de votos y eso la autoridad debe investigarlo y castigarlo”. Podía pensarse que le vino recordar el caso de su hermana la Cocoa, quien fue acusada precisamente de eso en su natal Michoacán cuando quiso ser la gobernadora. En aquellas fechas no dijo nada ya que debe haber pensado que la autoridad responsable para investigar y hacer esos castigos está a cargo del Ejecutivo Federal a través de la PGR y su Fiscalía Especial para Delitos Electorales (Fepade).  Ahora, en su más reciente divagar sobre cómo manchar el cargo que él pronto dejará, y deslegitimizar la contienda electoral en la que su partido recibió el 75% de los rechazos ciudadanos, no pudo evitar fraternalmente subirse a los lomos del presidente legítimo.

¿Piensa acaso el señor presidente Calderón encarecer el precio de los acuerdos futuros con el PRI o en reciclar la alianza con el PRD como lo hizo en las elecciones de Sinaloa, Puebla y Oaxaca? Si es el segundo caso, sabe de antemano que las ganancias son nimias o inexistentes. Ya lo vio en los resultados de la presidencial del primero de julio. Si es el primero, ya podría sumarse a las acciones inmediatas que Enrique Peña acaba de dar a conocer. El virtual presidente al hacer tres nombramientos de su equipo inmediato, también dio a conocer lo que se propone: la Comisión Nacional Anticorrupción que será un órgano con autonomía abastecido de facultades muy diversas para investigar y sancionar actos de corrupción tan apreciados en nuestra vida cotidiana. ¿Superará esto a la prácticamente inexistente Secretaría de la Función Pública que alguna vez fue la Contraloría?

Una segunda iniciativa será la de dotar al IFAI de mayores tareas para que profundice y amplíe la transparencia en todo tipo de poderes públicos tanto en los municipios como en los órganos del Poder Legislativo y Judicial.

Por último, habló sobre la creación de un órgano ciudadano, igualmente soberano que supervise la contratación de de la publicidad que los distintos gobiernos realicen con los medios de comunicación para lograr el conocimiento cabal de esos instrumentos con el fin de que se apeguen estrictamente a las leyes  y la información así como la libertad de expresión sean garantizadas. Estas iniciativas, responden especialmente a expresiones críticas que se han escuchado durante la marcha de las campañas electorales y con ello nos muestran una sensibilidad acusada del candidato victorioso.

Está visto, ya son personajes del pasado tanto el presidente legítimo como el usurpador. La sociedad urge veamos hacia el futuro, ahí está Enrique Peña (Con información del diario La Crónica).